SALUD MENTAL
Hoy, Día Mundial de la Salud Mental, hablamos sobre qué es la ansiedad y te ayudamos a entenderla para poder combatirla y prevenirla. Descubre cómo calmar tu cerebro cuando activa el cuerpo en modo de alerta.
El 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, una jornada dedicada a visibilizar uno de los grandes males del siglo XXI, que son los problemas relacionados con la mente. Según el último Estudio Internacional del Grupo AXA sobre Salud y Bienestar Mental, realizado junto con el Colegio de Psicólogos de España, un tercio de la población española reconoce que tiene algún problema de salud mental, entre ellos, el más frecuentemente registrado es el trastorno de ansiedad que afecta al 6,7% de población, tal y como apunta el Ministerio de Sanidad.
Afortunadamente, tras la pandemia de coronavirus, esta clase de trastornos dejaron de ser un tema tabú y se comenzaron a aceptar entre la población como una enfermedad más que debe tratarse; la salud mental es igual de importante que la física. Prueba de ello es la gran cantidad de información gratuita que actualmente hay al alcance de cualquiera gracias a las redes sociales, los medios de comunicación y los pódcast, entre otros medios.
A partir de todos estos contenidos, elaborados altruistamente por profesionales de la psicología, en NovaMás hemos resumido los consejos más extendidos para sobrevivir a la ansiedad.
Antes de ir directamente al remedio, primero debemos detenernos a entender la enfermedad. Según el Diccionario de la Real Academia Española, el término ansiedad se refiere a la "angustia o inquietud por algo que va a suceder o que se teme que suceda", un malestar que muchas veces es de "carácter patológico", es decir, que implica enfermedad.
La ansiedad, de por sí, no tiene nada malo, es un sistema de defensa de nuestro cerebro que nos pone en alerta cuando cree que nos puede ocurrir algo malo. Como explican desde el Hospital Clínic de Barcelona, "es una reacción normal y saludable que se activa ante una amenaza o un peligro". Por lo tanto, es una emoción que todo el mundo ha experimentado en algún momento. No obstante, cuando esta reacción se activa en situaciones que no nos deberían causar daño y ocurre de forma recurrente, hasta el punto que interfiere en la vida diaria, hablamos de trastorno de ansiedad.
Cuando percibimos una situación de peligro, real o imaginaria, el cuerpo redirige toda la atención hacia ella, activando mecanismos de supervivencia. La respiración y el ritmo cardíaco se aceleran, los músculos se tensan y la piel se protege, mientras las glándulas liberan hormonas para prevenir daños físicos, creando una sensación de tensión generalizada.
Aunque cada persona vive la ansiedad de manera diferente, existen síntomas que suelen repetirse en la mayoría de casos, como son palpitaciones, hormigueos, dolor, problemas digestivos, mareos, reacciones en la piel, caída del cabello… Como explica la psicóloga María Ros en una entrevista par B3tter Podcast, "al final es un cuerpo que está hasta arriba de cortisol y adrenalina y sintomatología hay mucha". La experta también apunta que la ansiedad suele ir de la mano de la depresión; una conduce a la otra y viceversa.
Cuando experimentamos un ataque de ansiedad, el primer paso es buscar el origen de esa sensación para entenderla mejor. Identificar qué nos provoca esa reacción nos permite gestionarla de forma más racional. Esto es fundamental para romper el miedo que a menudo intensifica los síntomas. Reflexionar sobre las causas puede ayudarnos a comprender que la ansiedad es una respuesta natural y no una amenaza real.
Además, es crucial recordar que la ansiedad no es peligrosa y que nuestro cuerpo está diseñado para autorregularse. Si comprendemos que estos síntomas no nos harán daño, evitamos que la ansiedad escale hasta el pánico. Este enfoque ayuda a reducir el miedo a la ansiedad misma y a aceptar que los síntomas disminuirán por sí solos.
Existen diversos recursos útiles para manejar la ansiedad. Escribir sobre lo que sentimos, realizar ejercicios de respiración, practicar deporte o recurrir a la técnica de los 5 sentidos puede ser de gran ayuda.
Esta última técnica consiste en enfocar nuestra atención en el presente e identificar lo siguiente:
Nombrándolas en voz alta podremos redirigir nuestra mente y aliviar los síntomas.
Como explican desde SOM Salud Mental 360, adoptar hábitos saludables es clave para prevenir la ansiedad y mantener una mente equilibrada. Por lo que hay que tener en cuenta los siguientes puntos: