SALUD Y PANDEMIA
Además de llevar mascarilla y cumplir con los protocolos de seguridad, los niños también deben usar gel hidroalcohólico para mantener limpias las manos. Esto es lo que han de saber los más pequeños para una correcta higiene frente al virus.
La vuelta al cole ha supuesto un reto para los alumnos y los profesores, pero también un mar de dudas para los padres. En la nueva rutina impuesta por la Covid-19, todos tenemos que acostumbrarnos a normalizar el uso de la mascarilla, mantener la distancia de seguridad y lavarnos las manos a menudo, pero no está de más hacer un hueco en las mochilas infantiles para el gel hidroalcohólico.
Actualmente existen numerosos productos elaborados con base de alcohol que nos aseguran que, además de limpiar nuestras manos, las mantendremos desinfectadas. Los llamados geles hidroalcohólicos se han convertido en un básico de nuestra rutina diaria en muy poco tiempo, y aún surgen preguntas acerca de cómo usarlos adecuadamente, sobre todo si tenemos niños en casa.
Desde los hogares e instituciones se conciencia estos días a los menores para que aprendan a afrontar la nueva realidad sin poner en riesgo su salud ni la de sus compañeros o el personal docente. El uso del gel hidroalcohólico, junto a la mascarilla, forma parte de la nueva rutina que los niños deben poner en marcha para evitar la expansión del coronavirus en los colegios. Y es que está demostrado que la higiene de manos constituye una poderosa barrera frente a virus, bacterias y enfermedades.
Antes de adentrarnos en las claves sobre el uso de productos hidroalcohólicos en los más pequeños, esto es lo que deben saber los padres:
¿Desde qué edad pueden usar los niños gel hidroalcohólico?
Según los diferentes organismos de salud, el uso de geles hidroalcohólicos debe estar supervisado en niños menores de 8 o 10 años. No hay que olvidar que los geles tienen un alto contenido en alcohol y esto puede suponer un mayor riesgo de intoxicación si los pequeños lo ingieren.
“Nosotros recomendamos el uso a partir de 6 años”, asegura Álvaro Vázquez, creador de Cleands, la primera pulsera de dispensadora y rellenable de gel hidroalcohólico con sello ‘made in Spain’. “Por debajo de esa edad, pensamos que los niños no tienen la autonomía suficiente para controlar un producto que lleva alcohol etílico. No obstante, siempre hay que explicarles bien qué es y cómo se usa”.
De esta manera, habría que extremar aún más el cuidado en niños que se chupen el dedo o que aún se lleven las manos a la boca, pues no dejan de estar más expuestos a una posible intoxicación. En estos casos, recurrir al agua y el jabón es la mejor solución.
¿Puede darles reacción en la piel?
No debería. Los geles hidroalcohólicos pasan los mismos procesos de control contra posibles reacciones alérgicas y efectos secundarios que cualquier otro producto de uso tópico. No obstante, también existen opciones para pieles sensibles. “Conviene siempre comprobar el material con el que se hacen este tipo de productos antes de comprarlo, así como su calidad y su procedencia. Están llegando productos de otros países con pocas garantías de seguridad. Por ejemplo, nuestras pulseras son hipoalergénicas, las fabricamos en Barcelona y controlamos y cuidamos todos los materiales y los procesos, por lo que están indicadas para todo tipo de pieles, pero no todas las que se venden siguen este procedimiento”, asegura Vázquez.
Las manos son el vehículo perfecto para que virus, bacterias y enfermedades viajen de un lugar a otro e infecten a las personas. Aunque los gérmenes siempre han estado con nosotros, la ciencia nos ha ayudado a prevenirlos para evitar que haya brotes de enfermedades en espacios de mucho tránsito, como es el caso de los centros educativos. Con esto claro, ahora sí, aquí están las 5 claves que conviene enseñarles a los más pequeños:
1. Evitar al máximo el contacto con superficies funcionales. Para los niños es muy difícil no usar las manos para descubrir el mundo, pero conviene estar pendientes. Las barandillas, asientos y mesas son algunas de las superficies que pueden mantener vivo al coronavirus hasta 72h. “Se recomienda no tocarlas con las manos para evitar convertirse en portadores silenciosos de la Covid-19; en caso de ser así, se deben desinfectar inmediatamente”, aconsejan desde Cleands.
2. No intercambiar objetos con compañeros. Para los más pequeños el reto es aún mayor, pues están habituados a tocarlo todo y, además, compartir todo tipo de objetos y juguetes con sus amigos de clase. “En este caso es tarea de padres y profesores educarles sobre las consecuencias perjudiciales de estos comportamientos y la importancia de aplicar el gel hidroalcohólico en todo momento”.
3. Disminuir la interacción física al máximo. El contacto con los compañeros constituye uno de los incentivos de asistir a clases y los momentos de juego son fundamentales en su desarrollo social. Sin embargo, teniendo en cuenta el alto índice de contagio de la Covid-19, estos comportamientos deben evitarse hasta que pase el peligro de esta enfermedad. Los expertos de Cleands aconseja a las escuelas “tener siempre a mano una dosis de gel desinfectante para evitar el riesgo de ser portadores del coronavirus si se produce contacto con un compañero”.
4. Antes de tocarse la cara, desinfectarse las manos. Existen estudios que confirman que una persona se toca la cara unas 2,5 veces por minuto de media, y los menores aún más, lo que constituye una gran exposición a infectarse por virus y bacterias. Es un acto reflejo e inconsciente, y por eso mismo lo más difícil de controlar en este periodo de reeducación de la población general. Conviene prestar especial atención, incluida la manipulación de la mascarilla, que también debe hacerse después de lavarse las manos porque es un complemento en contacto directo con la cara.
5. Las manos siempre limpias antes de comer. Esta costumbre que todos tenemos interiorizada desde los primeros años de vida es ahora más importante que nunca, sobre todo para los pequeños cuando coman fuera de casa. Los comedores y cafeterías de los centros educativos son lugares de mucha afluencia y donde cualquier descuido en la higiene puede hacer que se ingieran microorganismos. Por eso, antes de llevarse a la boca cualquier alimento los niños (todos, en realidad) deben lavarse y/o desinfectarse las manos.