HOGAR Y SALUD
El otoño y la primavera suelen ser las peores épocas para quienes sufren de alergia a los ácaros del polvo.
Al necesitar ambientes húmedos para sobrevivir, las estaciones lluviosas y templadas (con el frío y el calor los ácaros no sobreviven) suelen ser especialmente complicadas, y muchas personas se quejan de que los episodios de alergia les provocan serios problemas en su día a día. Ojos llorosos, congestión nasal, tos seca, estornudos, presión en la cabeza y dolor de garganta son algunos de los síntomas que se pueden experimentar de forma persistente, a pesar de que los antihistamínicos suelen ser bastante efectivos para paliarlos.
En el caso de alergias severas, siempre existe la posibilidad de vacunarse, para lo que es preciso ponerse en contacto con un profesional que determine con exactitud el tipo de alergia y prescriba la vacuna adecuada, que se suministra mensualmente durante un período mínimo de tres años. Por otra parte, es imprescindible seguir una serie de pasos en los hogares para evitar al máximo la presencia de ácaros y, por tanto, minimizar los síntomas en la medida de lo posible.
Extrema la limpieza del hogar
Hazte con un robot aspirador y empléalo al menos una vez al día. No somos conscientes de la cantidad de polvo que se acumula en las casas, que no seremos capaces de retirar del todo incluso cuando extrememos las medidas de limpieza, pero sí que podremos eliminar buena parte y, por tanto, atenuar los síntomas. Sé estricta con la limpieza de muebles, estanterías, armarios y ropa, especialmente la de cama, donde se acumulan más ácaros. Lava siempre a 60º para asegurarte de que los eliminas por completo y no dejes que se acumule el polvo en la ropa que tienes colgada en percheros o roperos abiertos. En este sentido, si eres alérgica a los ácaros debes evitar los vestidores abiertos y usar armarios con puertas, pues el polvo que se vaya acumulando en estas prendas puede desencadenar un ataque de alergia. Lo mejor es que tengas el menor número posible de muebles en casa y reduzcas el número de superficies en que se pueda depositar el polvo.
No te automediques
Gran parte de antihistamínicos son de venta libre, pero no es recomendable que te mediques por tu cuenta. Si eres alérgica, visita a una profesional que te prescriba cuáles son los mejores para ti, cuál es la dosis a tomar, en qué momento del día y cuáles se ajustan mejor a tu estilo de vida (muchos de ellos provocan somnolencia, de manera que pueden estar contraindicados con determinadas profesiones). Si los síntomas persisten, sientes ahogo o pinchazos en el pecho o algún otro indicio de asma, no dudes en consultar con un facultativo para descartar cualquier otra patología.
Vigila la cama y otras superficies
Ventila a diario la habitación y utiliza fundas anti ácaros en el colchón y la almohada. Es importante también que los aspires al menos una vez al mes y, a ser posible, que trates de exponerlos al sol como mínimo una vez al año. No olvides, además, que debes cambiar íntegramente la ropa de cama al menos una vez a la semana. Cuando incorpores la funda nórdica, lo mejor es que la lleves a la tintorería antes de colocarla, asegurándote que se lave a altas temperaturas para eliminar los ácaros por completo. Lo mejor es que no tengas moquetas y alfombras, pero si es el caso asegúrate de aspirarlas con frecuencia, lo mismo que el sofá o las mantas, que deberías lavar también al menos una vez por semana a más de 60º.
Evita al máximo la humedad
Los ambientes húmedos y templados son ideales para la formación de ácaros, de manera que debes tomar todas las medidas posibles para que los ambiente tu casa sea seco. Una buena idea es hacerte con un deshumidificador, que mantenga la humedad por debajo del 50%, ya que este sistema permite reducir la presencia de ácaros. Colócalo en el dormitorio y verás cómo notas la mejoría.
Acaricidas naturales
Pese a que su eficacia es relativa, y lo que de verdad va a funcionar contra los ácaros es extremar la limpieza, puedes emplear acaricidas naturales para tu ropa de cama o añadirlos a la colada. El aceite de té verde y la lavanda pueden ser eficaces para reducir en parte la presencia de ácaros, además de que dejarán un agradable aroma en tu cuarto.