VERANO
Calor, terraza, bebida, tapas… Te ayudamos a gestionar esta situación de una forma más saludable sin prohibiciones.
Con la llegada del buen tiempo, apetece pasar más horas al aire libre y esto aumenta la frecuencia con la que comemos o bebemos fuera de casa, especialmente durante las vacaciones.
Si este hábito es algo ocasional no va a tener repercusión en nuestra alimentación, pero si se convierte en algo frecuente o incluso diario en esta época, hay consideraciones que debemos tener en cuenta a la hora de escoger qué vamos a pedir.
La pregunta clave antes de pedir en una terraza
Antes de todo tenemos que hacernos una pregunta importante: ¿Tengo hambre?
Muchas veces beber o comer algo en una terraza no es más que una excusa para compartir tiempo con otras personas. Y esto hace que comamos en automático cuando nos ponen algo para picar, cuando pedimos una bebida o cuando pedimos algo de comer para compartir.
No solemos hacer una elección consciente previa basada en el hambre. En el caso de que sí tengamos hambre hay que pensar si nos apetece lo que tenemos delante o no.
Salvo que ya hagamos el terraceo con la idea de comer o cenar fuera, deberíamos procurar no llegar a este momento con hambre, ya sea comiendo en casa suficiente antes de salir o llevando siempre algún tentempié encima.
Bebidas saludables para pedir en una terraza
Cuando pedimos algo de beber, en muchas ocasiones no es porque tengamos un antojo especial de esa bebida que vamos a pedir, sino que también pedimos en automático basándonos en lo que piden las otras personas o en lo que solemos pedir siempre.
Salvo que sea un antojo concreto, lo ideal sería que hiciésemos nuestras elecciones teniendo en cuenta el valor nutricional de la bebida, el hecho de si verdaderamente nos apetece, qué nos van a poner de acompañamiento a la bebida... También hay que pensar si realmente necesitamos otra ronda o no y si en la próxima ronda necesitamos pedir la misma bebida.
¿Cuántas consumiciones pedimos en automático y cuántas son porque realmente nos apetecen? Debemos procurar que las elecciones en automático sean las mínimas posibles y para ello, es clave analizar por qué lo hacemos.
Las mejores opciones que podemos encontrar en cualquier sitio son siempre el agua natural o agua con gas sola o con una rodaja de naranja o de limón, cafés o infusiones calientes o con hielo.
Esto en el caso de que no tengamos especial antojo de nada en particular y solo tengamos sed. Otra opción sería el zumo de tomate o la kombucha, que aunque no la encontramos siempre puede ser una buena opción en el caso de que no nos apetezcan las opciones anteriores y que vaya a reemplazar a una cerveza.
Qué pedir en una terraza
Si vas de terrazas con frecuencia, hay que tener en cuenta la tapa que acompaña a la bebida.
Si puedes elegir (y tienes hambre), prioriza elaboraciones que no sean dulces o fritas; probablemente no sean fritas en aceite de oliva y ese aceite sea reutilizado.
Son buenas opciones y fáciles de encontrar los cacahuetes al natural (los que vienen con la cáscara en lugar de los que vienen pelados, fritos y salados), aceitunas y encurtidos (salvo que por algún motivo tengas una restricción de sal), boquerones en vinagre o anchoas, pescados o mariscos cocidos, al vapor o a la plancha como por ejemplo almejas, berberechos, mejillones, gambas… Hay muchas opciones saludables para ir de terraceo sin comprometer la salud.