UNA BUENA HIGIENE
Con el verano y los calores extremos, llega la época de sudar más. Nuestro cuerpo es listo y, de esta forma, se refrigera así mismo. Pero muchas veces este sudor se convierte en un mal olor y en un mal rato que pasamos. Debes saber entonces estos trucos para evitar esta situación y disfrutar de tus camisetas y vestidos favoritos sin pensar en las manchas de sudor.
El sudor es el mecanismo que tiene nuestro cuerpo para permanecer fresco. Todas las personas sudamos, unas más que otras, pero en verano esto se incrementa debido a las altas temperaturas. Y para muchas personas ese sudor excesivo se convierte en un mal olor y en un impedimento para salir a la calle y ponerte tus mejores camisetas o vestidos.
El calor, los cambios hormonales, el ejercicio o incluso la dieta son factores que pueden influir mucho en el olor de una persona. Y muchas veces este mal olor no solo desaparece lavándonos. Aquí van unos sencillos consejos para evitar pasar este mal trago.
Lo crucial para no oler mal es tener una buena higiene. A parte de nuestra correspondiente ducha al despertarnos, debemos lavar esta zona por lo menos dos veces al día. Así ayudaremos a eliminar as bacterias y el sudor acumulados. Eso sí, recuerda que es importante utilizar un gel que se adapte a tu tipo de piel. Te recomendamos jabones neutros o antibacterianos que podrás comprar en la farmacia o en tu supermercado de confianza. Deja atrás los geles con aroma ya que podrían empeorar la situación.
Si eres una persona propensa al mal olor en las axilas y ni lavándote con agua varias veces como te hemos recomendado el olor desiste, siempre quedarán los remedios caseros que nos solucionan muchas situaciones. Aquí vamos a hablar del bicarbonato que bien es sabido que tiene muchos beneficios en el hogar. Considerado un gran neutralizador de olores, debes aplicarlo en pequeñas cantidades en la axila limpia y seca al salir de la ducha.
Somos lo que comemos… ¿Y por qué digo esto? Porque el olor de tus axilas también puede deberse a alimentos que comes. Por ello, reduce en tu dieta alimentos como carne roja, especias fuertes o verduras como el brócoli, repollo u otras de la categoría crucífera.
Las frutas frescas como manzanas o uvas, además de verduras del tipo zanahorias o espinacas son perfectas ya que cuentan con muchas vitaminas y antioxidantes que ayudan a reducir los olores corporales.