Analizamos las formas de dejarlo

¿Siguen una pauta tus rupturas amorosas?

Dependiendo de si sueles ser siempre la que deja o a la que dejan, de si te tomas esa ruptura para crecer o para caer en picado, de si lo haces por teléfono o en persona, de si sueles volver con esa persona o cierras la puerta con llave... Puede que seas la mejor amiga de tus ex o la reina del ghosting, pero una ruptura nunca es agradable y en todas ellas existen ciertos patrones.

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Echa un ojo a este listado de maneras de romper, desde la más superficial a la más profunda. Seguro que te ves reflejada en más de una. Aunque ya sabes lo que dicen: “Mal del muchos…”.

1. El ‘podemos ser amigos’. Este es el ideal, pero realmente sólo ha pasado una vez y fue entre Greg Kinnear y Meg Ryan en Tienes un email. Dices que vas a seguir siendo su amiga y lograr ese objetivo de repente vuestra existencia se convierte en una cadena de situaciones incómodas. Os veis en las fiestas y vuestros amigos se sienten raros, le intentas escribir mensajes como si nada y te contesta con monosílabos... Sí, estamos ante el unicornio de las relaciones. Una fantasía poco vista.

2. El ‘he esperado mucho tiempo’. Por alguna razón, tardaste demasiado en romper esa relación que sabías que no os llevaría a ninguna parte. Sin embargo, una vez que lo haces, te siente como el primer día de vacaciones después de acabar las clases con todo aprobado. "Te dejo porque no te aguanto, porque tenemos metas distintas o porque me aburro como una ostra”, y sales por la puerta con una sonrisa de alivio. ¿Te suena?

3. El ‘nunca estuvimos saliendo en serio’. Si no has permitido que el amor se instalara en tu férreo corazón, tampoco sentirás nada cuando ambos os agotéis después de un par de citas. En realidad lo que te da rabia es perder tu valioso tiempo libre para quedar con otras personas, así que se acabó. "Oye, ¿quieres cenar esta semana?" "No". Pues ya está todo hablado. Hasta luego Maricarmen.

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4. La ruptura a larga distancia. Si al final te has acostumbrado a ver a esa persona solo dos veces al año, quedar en persona para romper puede ser complicado. Tener esa conversación a través del chat de vídeo no es lo más deseable, pero hay que reconocer que tener a tu pareja a cientos de kilómetros de distancia amortigua el dolor.

5. La ‘re-ruptura’. Ya rompisteis una vez. Empezaste a salir con otras personas, a conectar de nuevo contigo misma… y empezaste a echarle de menos. Tranquila, a veces ocurre. Antes de que te des cuenta, estáis saliendo nuevamente como si nada hubiera pasado. A la hora de cortar, siempre es más fácil la segunda vez. Ya no hay que enumerar las razones por las que no podéis estar juntos porque ya las conocéis. Basta con un "esto sigue sin funcionar", y cada uno a su casa.

6. El ‘no eres tú, soy yo’. Ya, es la frase más terrible y trillada de la historia, pero a veces viene bien. No es lo que quieres escuchar cuando descubres que la persona con quien estás saliendo no quiere quedarse contigo, pero representa un intento de amortiguar el golpe, por eso está justo a la mitad de la lista de patrones de ruptura. Hay que verlo como el reality de las separaciones: es falso sí, pero también extrañamente reconfortante y convincente.

7. El ‘devuélveme todo lo que dejé en tu casa’. A veces una ruptura puede parecerse mucho a un divorcio con división de bienes. Esta es una separación clásica: ambos estáis rabiosos y amargados, ambos habéis renunciado al amor y habéis dicho cosas de las que seguramente os arrepentís. Así que repartís todo lo que tenéis en común, amistades incluidas, y hacéis todo lo posible para no volver a encontraros. Pero esta ruptura es en trivial y su fantasma posiblemente te persiga por los restos si no cierras bien las cosas.

8. El ‘me voy a vivir a otra ciudad’. La excusa suele ser el trabajo, pero cuando esto pasa la realidad es que descubres que aunque lo pasáis bien, no merece la pena el esfuerzo de mantener la relación en la distancia. Esta ruptura básicamente equivale a ‘yo me voy pero tú no vienes conmigo’. Puede terminar siendo un drama, pero al menos sabes que es poco probable que te encuentres con tu ex mientras sales con otra persona.

9. El ‘yo gano más que tú’. Resulta que la relación iba viento en popa mientras era él quien crecía en su trabajo y, en definitiva, quien llevaba más pasta a casa. Pero tu esfuerzo por fin está viendo sus frutos y la diferencia ya no es tal, incluso hay meses que te colocas por encima en el ranking de éxito profesional, y él no puede soportarlo. Esto que parece del pleistoceno es un problema real para muchas parejas. Ten esto presente: los tíos que rompan contigo por esta razón son poco menos que sociópatas. Da gracias.

10. El ‘tú eres la otra’. Acabas de descubrir que la persona con la que salías estaba manteniendo otra relación a tus espaldas, y que esa era la seria. No solo te estaba engañando, sino que encima eres el segundo plato y ha decidido quedarse con el primero. Es como si Beyoncé anunciara que se retira de la música, y además saliera a la luz que hacía playback todo el tiempo. Basta.

11. El ‘estoy casado’. Es una variante de la anterior, y se produce cuando conoces el estado sentimental de tu pareja (está casado) pero él no tiene la decencia de terminar de una vez por todas su otra relación. Te persigue y, lo que es peor, te pone en una situación potencialmente peligrosa durmiendo contigo. Rollo perro del hortelano, que ni come ni deja comer. Y al final la ruptura se produce cuando os pillan con las manos en la masa, o finalmente eligen quedarse con su familia en una muestra de enloquecedora apatía. Es fácil alejarse de relaciones como esta, pero no tanto descubrir que significas poco para alguien.

12. El mensaje de texto. Existen innumerables formas de escribir "lo siento, tenemos que dejarlo, pero no me atrevo a decírtelo a la cara”, pero pocas veces son tan honestas. Whatsapp ha hecho de la cobardía un arte y romper por mensaje de texto es más habitual de lo que crees. La razón por la que este patrón de ruptura está en el puesto 12 es porque se puede combinar con el resto de métodos de la lista y hacer que sean diez veces peores. Mandar un mensaje de este tipo es como decir “tengo cosas más importantes que hacer como para mostrarte un poco de decencia". Desafortunadamente, no existe un emoticono para expresar la angustia emocional de una ruptura de esta clase. Estas cosas deben hacerse en persona. Un mínimo de respeto, por favor.

13. El ‘ghosting’. Dícese de ese momento en el que toda comunicación se detiene bruscamente, la persona desaparece como un fantasma y te quedas con la duda de si alguna vez había existido. Esta es sin duda la peor manera de romper, porque nunca tienes la sensación de haber cerrado. “¿Qué narices ha pasado? ¿He dejado de gustarle, se le ha roto el teléfono, ha entrado en otra dimensión, ha cambiado de país? ¿Ha muerto?”. Nunca lo sabrás. Literalmente.