PEDIATRÍA

Signos alarmantes de anemia en niños

Descubre cómo sospechar una anemia en tu hijo y qué alimentos contienen más hierro para evitar su aparición.

Una niña dormida en la mesa.iStock.

La anemia es la reducción de los glóbulos rojos en la sangre. Estos glóbulos rojos son los encargados de transportar el oxígeno a todos los órganos por lo que cuando descienden, los síntomas se pueden apreciar a muchos niveles.

Las causas de anemia pueden ser muy variadas pero la más frecuente en los niños es la anemia ferropénica que se produce por falta de hierro debido a una mala alimentación.

Signos de anemia

En la mayoría de niños, la anemia es leve, por lo que es muy frecuente que no tenga síntomas y pueda pasar desapercibida. Si la hemoglobina (glóbulos rojos) continúan descendiendo podemos encontrar:

  • Escasa ganancia de peso.
  • Poco apetito.
  • Irritabilidad o problemas de sueño.
  • Síndrome de piernas inquietas.
  • Palidez cutánea y de mucosas: La piel se vuelve blanca y la parte interna de los párpados o de los labios está menos sonrosada de lo habitual.
  • Alteraciones del desarrollo psicomotor, del aprendizaje o problemas de atención.
  • Cefalea.
  • Cansancio y debilidad. Mayor somnolencia.
  • Mareos.
  • Taquicardia. El corazón va más rápido de lo habitual
  • Queilitis angular (boqueras). Es una herida inflamatoria en las comisuras labiales que produce dolor.
  • Caída del cabello.
  • Apetencia por sustancias que no son alimentos: hielo, tiza, tierra, papel…

Si un niño tiene los síntomas anteriores se debe consultar con el pediatra, quien valorará si es necesario hacer una analítica de sangre para determinar la cifra de hemoglobina, las características de los glóbulos rojos y el estado de los depósitos de hierro.

Causas de la anemia

En el caso de existir un déficit de hierro puede ser debido a pocos aportes en la dieta o a otras causas como:

  • Un problema de absorción intestinal.
  • Un sangrado repetido: menstruaciones abundantes, epistaxis frecuentes…
  • En momentos de crecimiento rápido como en los menores de 2 años o en la adolescencia.

Alimentos ricos en hierro

Los alimentos que tienen más hierro pueden ser de origen animal (el hierro se absorbe mejor) o vegetal (el hierro se absorbe peor).

Los alimentos de origen animal que más hierro contienen son la carne roja (ternera, cordero…), las vísceras (hígado), los pescados (sardinas, anchoas, salmón y atún…), los moluscos (almejas, berberechos, mejillones, ostras), los mariscos (gambas) y la yema del huevo.

Los vegetales que más hierro contienen son los cereales integrales, legumbres (guisantes, lentejas, garbanzos, alubias, soja..), semillas (chía, sésamo…), verduras (brócoli, calabaza, espinacas, acelgas…) y los frutos secos (almendras, pistachos y nueces).

Por otro lado hay alimentos que gracias a su contenido en vitamina C favorecen la absorción del hierro presente en otros alimentos, por lo que los pediatras recomendamos su consumo cuando se ingieran suplementos de hierro o alimentos ricos en hierro: naranja, mandarina, limón, fresas, kiwi, pimientos, tomate, brócoli o coliflor.

Por el contrario los lácteos y derivados empeoran la absorción del hierro desde otros alimentos: la leche, la mantequilla, el yogurt o los quesos por lo que convienen disminuir su consumo en dietas de recuperación de hierro.

En el caso que presentar una anemia importante con reservas de hierro muy bajas y síntomas asociados, los pediatras podemos recomendar suplementos de hierro en forma de gotas, ampollas bebibles o comprimidos.