CONSEJO
Muchas veces cuando tenemos hambre nos compramos cualquier cosa congelada para poder saciar nuestras ganas de comer de forma rápida. Pero si no tenemos mucha hambre o somos solo una persona, siempre suele sobrar... Esto suele pasar con la pizza congelada, pero existe una manera de no desperdiciarla.
La pizza congelada no es igual que una pizza casera, pero si tenemos hambre y no nos apetece cocinar, es una buena opción. Pero si nos apetece menos cantidad de la que viene en el envase, tendremos que comérnosla recalentada, cosa que no resulta muy apetecible...
Para solucionar este problema, podemos cocinarla de otra manera. En vez de hacer toda la pizza entera, tendremos que cortarla cuando esté congelada. De esta forma podemos elegir cuánta pizza queremos comer: desde un trozo, la mitad o la pizza entera.
Si cuando la vamos a cortar está muy dura porque acaba de salir del congelador, podemos esperar unos cinco minutos para que sea más sencillo. Además, al solo tratarse de unos minutos fuera del congelador, no se descongelará.
Para cortarla de una manera fácil, puedes usar unas tijeras o un cuchillo. Después vuelve a guardar la parte de la pizza que no vayas a utilizar antes de que se descongele.
Una vez cortada, debemos cocinarla en el horno. Hay que considerar que las instrucciones del envase de la pizza son para cocinarla entera. Al ser porciones más pequeñas, tendrás que dejarla en el horno unos minutos menos que en el paquete.
Este consejo también nos puede servir si no tenemos suficiente espacio en nuestro congelador para guardar el paquete entero, y así la podemos dividir y que nos quepa sin problema.