Dan algunos problemillas...
Eres súper ecológica: en tu casa ya no entran bolsas de plástico. Compras a granel, en supermercados que te venden sin envases (o con envases reciclables); no utilizas gel de ducha sino jabón. Lo mismo para el champú… vamos, que si Trump te tuviera de asesora, las políticas medioambientales de Estados Unidos serían mucho más verdes.
Por eso, para seguir con esa coherencia también en tus días del mes (bonita frase de anuncio publicitario), te decidiste a probar las compresas reutilizables o lavables. Todo sonaba estupendo: a la vez que proteges el medio ambiente, ahorras dinero, porque son de gran durabilidad y las puedes utilizar durante años. Además, tienen un tacto agradable y no provocan irritaciones ni alergias, están hechas de algodón ecológico (también las hay de bambú). Y las hay para distintos tipos de flujo. O sea, todo ventajas… ¿todo? Blanca se decidió a probarlas y entre risas, nos comenta su experiencia:
- No absorben tanto como las convencionales: “Vas con la incómoda sensación de ir mojada todo el rato. Absorben, pero no tanto”.
- Parece que llevas pañal: sí, hay para distintos tamaños pero sigue siendo más ancho que el de las convencionales. Y eso nos lleva al siguiente punto…
- Olvídate de pantalones estrechos: “No puedes llevar ropa ajustada, porque hace paquetillo”, explica Blanca.
- Se pueden lavar, pero no se van las manchas del todo: “Desde el primer uso yo no conseguí quitar todas las manchas. Y eso me parece un poco guarrería, la verdad”. lo que está claro es que te puedes ir olvidando de meterlas directamente en la lavadora: a muchas usuarias eso les da un poco de asco pero es que además, este tipo de lavado acortaría su vida útil. Te tocará lavarlas a mano (algunas usuarias recomiendan con agua fría y ponerle un chorrito de agua oxigenada para dejarlas impolutas).
- Otro punto en contra: se mueve. “Siempre, al andar, no es algo de un momento concreto. Así que si se mueve así cuando andas, imagínate si te la llevas puesta a clase de zumba”, explica.
- “No puedes cerrar las piernas sin ser consciente de que la llevas”, finaliza.
Bien es cierto que son una solución mucho más ecológica que las desechables, que ahorran dinero a medio-largo plazo, que tienen unos diseños súper bonitos y que son estupendas para mujeres que suelen tener alergias, picores, vulvovaginitis.. porque dejan transpirar. “Es una buena alternativa siempre y cuando estén hechas de tejidos naturales como el algodón, por supuesto es mejor para la piel esto que tener tejidos sintéticos en contacto con la vulva”, comenta la ginecóloga Miriam Al Adib Mendiri. Peeero, los fabricantes debieran ir avanzando en los puntos anteriores.