COMPRUEBA LAS FECHAS
¿Debemos tirar esos trozos de turrón que no hemos comido o podemos guardarlos para otra comida sin riesgo de intoxicación alimentaria?
Todo el mundo sabe que en Navidad, además de reunirte con la familia y celebrar el final del año, se come en cantidades ingentes. Y, más allá del marisco y la carne, lo que nunca falta en las mesas son los turrones.
Es habitual que los anfitriones en sus casas tengan una bandeja en el centro de la mesa con estos dulces, que siempre acaban sobrando al terminar las comidas y las cenas. La pregunta es: ¿qué es recomendable tirarlos o guardarlos para otra ocasión?
Lo cierto es que muchos piensan que al guardar los trozos de turrón puedes sufrir alguna intoxicación alimentaria, pero nada más lejos de la realidad. Este dulce se puede conservar varios días con total tranquilidad, pues cabe destacar que el turrón es un alimento que contiene poca agua y mucha grasa y azúcar. Por tanto, los microorganismos no cuentan con un entorno apropiado para desarrollarse.
Eso sí, no hay que guardarlos de cualquier manera, ya que si entran en contacto con el polvo del ambiente o con otras partículas se podrían estropear. Para ello, lo más recomendable es cubrir los trozos con papel film transparente o papel de aluminio, favoreciendo así a su conservación hasta la siguiente ocasión.
Esto no significa que haya que pasar por alto la fecha de caducidad que tienen los turrones como todos los alimentos del mercado. El turrón NO dura indefinidamente, y mucho menos hasta las próximas navidades.
Eso sí, lo que hay que tener en cuenta es que el sabor y la textura sí pueden variar. Sobre todo los turrones que contienen ingredientes que se derriten, como el cacao o la miel, que al dejarlos durante unos días estas grasas se funden y la textura del turrón cambia.