Consulta siempre al médico

Sangrados anales: ¿cuándo debes preocuparte?

No siempre son signo de un problema mayor como pueda ser el cáncer de colon: te contamos qué debes saber y cuándo debes preocuparte.

Sangrado analiStock

Has ido al baño y al levantarte del wc te has cuenta de que has sangrado, y no, no es la regla: estás sangrando por el ano. ¿Debes entrar en pánico? Vayamos por partes: “La emisión de sangre por el ano puede estar relacionado con múltiples patologías. Lo más frecuente es que se relacione con enfermedades anorrectales benignas, principalmente las hemorroides y la fisura anal. Siempre debe ser valorado por un especialista y descartar el cáncer colorrectal.

Son signos de mayor preocupación cuando el sangrado se repite a lo largo del tiempo, se relaciona con alteración del ritmo intestinal, anemia, pérdida de peso y deterioro del estado general”, dice el doctor Mauricio García Alonso, especialista en Proctología del Hospital Quirón San Camilo, miembro de Top Doctors.

Quizás hayas oído alguna vez si se lo has consultado a algún médico que debes preocuparte según sea el color de esa sangre: “Una falsa creencia popular es la de pensar que si la emisión de sangre por el ano es ¨roja¨, es un signo de benignidad, que se tratará de hemorroides o fisura anal; y si es oscura que es más preocupante.

Dolor anal | iStock

La patología anorrectal benigna es la causa más frecuente de sangrado anal, sin embargo el color ¨rojo¨ de la sangre no descarta la presencia de un cáncer de colon izquierdo o de recto. La emisión de sangre oscura o heces con sangre mezcladas suele relacionarse más con cáncer de colon derecho, pero también con otras patologías del colon no malignas. Por eso siempre debe ser valorado por el especialista y valorar una colonoscopia”, aclara.

Así que si te ocurre de forma habitual debes consultar a un médico para quedarte tranquila. El sangrado anual más frecuentemente se relaciona con patología benigna, sobre todo hemorroides y fisura anual (y esta va acompañada de dolor importante en la deposición): “Puesto que el estreñimiento, a veces la diarrea, y los malos hábitos defecatorios en general son la principal causa de su desarrollo, debe prevenirse con dieta rica en fibra, pobre en grasas y carnes rojas, abundantes líquidos y el ejercicio físico moderado. Además es importante mantener una higiene adecuada tras la deposición, con la realización de baños de asiento con agua templada”, finaliza el médico.