CONSEJO
Poner la lavadora ya es un elemento más de nuestra rutina, y lo hacemos de forma mecánica. Lo único que varía es el programa que usamos para nuestra colada. Esto hace que no nos fijemos en aquellas cosas que se escapan a los movimientos automatizados que hacemos sin pensar.
La lavadora es un electrodoméstico que utilizamos todos los días, y parte de la complejidad de su funcionamiento es que tiene una amplia variedad de programas. Pero no es solo eso, la lavadora cuenta con algunas partes que, como se suele utilizar de forma mecánica, no conocemos bien. Este es el caso de los cajetines de la lavadora, que cada uno tiene una función, aunque no se sepan bien todas.
En lo que al cajetín de la lavadora se refiere, se utiliza en cada lavado y se sabe de él lo básico. De entre todos sus compartimentos, solo se usa uno regularmente, el del suavizante. Este es fácil de identificar, puesto que cuenta con una flor de seis pétalos, símbolo que, a su vez, también aparece plasmado sobre el bote del producto.
En cuanto a los otros dos compartimentos, ambos tienen dos símbolos parecidos, ya que tienen una y dos marcas verticales respectivamente, estando acompañadas de un cajetín en algunas ocasiones. Estos dos están diseñados para situar en él el detergente, pero como es lógico, no tienen el mismo propósito.
El que tiene las dos marcas suele usarse para el lavado principal, pero eso no quiere decir que automáticamente haya que ignorar el otro. En cambio, el otro está diseñado para el prelavado, programa ideado para prendas muy sucias.
Gracias a que el cajetín cuenta con estos compartimentos reservados expresamente para el detergente, no se debe echar el producto dentro del tambor. Esto se debe a que, en el caso de hacerlo, se consumiría a la vez, haciendo imposible la función del prelavado. Además, este puede ser muy agresivo para algunos tejidos, estropeándolos y haciendo que pierdan el color.