DORMIR BIEN
El cambio de rutinas en vacaciones afecta directamente a nuestras horas de sueño. En los más pequeños, la falta de descanso puede acarrear consecuencias como mal humor, irritabilidad y menor capacidad de atención. Te cuento cómo gestionar las rutinas de sueño en vacaciones.
Sabemos que las vacaciones son sin duda, un período muy esperado tanto por los niños como por las familias. Sin embargo, podemos darnos cuenta que este cambio de rutina puede afectar en gran medida el sueño de nuestros hijos, el cual sabemos que es crucial para su bienestar y desarrollo. Para mantener una rutina de sueño saludable durante las vacaciones, es importante aplicar estrategias específicas que respeten la flexibilidad que buscamos en estos días especiales, pero que a la vez promuevan hábitos saludables.
Aquí te comparto algunas claves para que el descanso y la salud no se resientan en vacaciones con los cambios de horarios y rutinas:
Aunque las vacaciones son en definitiva, un momento para relajarse y disfrutar, es fundamental que los niños mantengan una rutina de sueño básica. Esto no significa seguir al pie de la letra el horario escolar, pero sí podremos establecer una rutina flexible que nos permita cierta consistencia.
Por ejemplo, si normalmente en época regular de clases, nuestro niño se acuesta a las 20 h, entonces, tratemos de mantener el horario cerca de esa hora, aunque a veces podamos permitir un pequeño retraso, como hasta las 21 h, especialmente en noches en que haya eventos familiares.
Los rituales nocturnos nos ayudan a preparar el cuerpo y la mente para el descanso. Durante las vacaciones, es necesario continuar con actividades relajantes antes de acostarse, como por ejemplo: leer un libro, poner música tranquila o tomar un baño antes de dormir.
Por ejemplo, si vemos que nuestro hijo disfruta de leer cuentos antes de dormir, vamos a mantener esa actividad durante las vacaciones, aunque podemos adaptarla para que tenga un toque especial, como por ejemplo, elegir libros con temáticas vacacionales.
Ser conscientes de que el uso excesivo de dispositivos electrónicos antes de dormir puede interferir con la calidad del sueño, es indispensable. En vacaciones, es más fácil dejar que nuestros hijos vean televisión o jueguen videojuegos hasta tarde.
Para evitar problemas, podemos establecer límites claros y comunicarlo a nuestros hijos consistentemente sobre todo dejando claro hasta qué hora será permitido ver las pantallas, para que no interfiera con la hora de dormir. Podemos apostar por sugerir actividades alternativas, como juegos de mesa o manualidades, que sean igualmente divertidas, pero que en diferencia estos no afecten el sueño.
Un entorno de sueño cómodo es clave para una buena noche de descanso. Vamos a asegurarnos de que el lugar donde dormimos, tanto padres como hijos, sea un espacio que esté en mayor medida oscuro, tranquilo y a una temperatura agradable. Durante las vacaciones, podemos aprovechar para hacer ajustes según el lugar donde nos encontremos, ya sea en casa de familiares o en un hotel. Llevar con nosotros, elementos como máscara para los ojos o bien, prepararnos con el celular o una máquina de ruido blanco que pueda ayudar a mantener el ambiente propicio para el sueño.
Un día lleno de actividades físicas puede ayudar a nuestros hijos a estar más cansados y preparados para descansar por la noche. Durante las vacaciones, vamos a asegurarnos de que nuestros hijos participen en juegos activos y salgan al aire libre. Por ejemplo, organizamos una tarde de deportes en el parque o una caminata familiar. Este tipo de actividades ayudarán a que el sueño llegue de manera natural al final del día.
Si planeamos hacer cambios significativos en el horario de sueño durante las vacaciones, como un viaje a un lugar con una diferencia horaria, podremos ir trabajando en los ajustes de manera gradual. Cambiemos la hora de acostarse y levantarse en incrementos de 15 minutos cada dos o tres días para ir ayudando a que el cuerpo de nuestros hijos se adapte sin grandes sobresaltos.
Finalmente, es importante que expliquemos a los hijos la importancia de mantener una rutina de sueño saludable, incluso durante las vacaciones. Aquí, entra en gran medida poder modelar con el ejemplo, además transmitir el por qué es importante dormir bien puede motivarlos a seguir estas pautas.
Por ejemplo, podemos hablarles sobre cómo el sueño ayuda a tener más energía para disfrutar de actividades divertidas y a sentirnos bien durante el día.
Mantener una rutina de sueño durante las vacaciones no solo ayuda a preservar la salud y el bienestar de nuestros hijos, sino que también contribuye a una mejor experiencia familiar en general. Con una combinación de flexibilidad y consistencia, podemos asegurar que el tiempo libre sea disfrutable sin tener que comprometer el descanso necesario para los pequeños.