VOLVERÁN A BRILLAR
A medida que pasa el tiempo, la humedad y otros factores externos hacen que pierdan su brillo y color.
En nuestro hogar, siempre estamos pendientes y queremos que todo esté correctamente limpio y en perfecto estado. Sin embargo, hay ciertas piezas que pueden pasar desapercibidas porque no se trata de muebles, ventanas, cristales u otras zonas que estamos más acostumbrados a limpiar. Nos referimos a los pomos, la mirillas y similares.
Lo cierto es que hacemos un uso frecuente de ellos, y el tiempo, la humedad y otros factores externos hacen que se terminen desgastando, ensuciando y perdiendo su brillo original. Es algo que pensamos que es importante mantener, pues forman parte de los elementos decorativos y, por tanto, deben estar cuidados para cumplir con su parte estética e influir positivamente en la belleza de nuestra casa.
Afortunadamente, existen remedios que podemos aplicar para recuperarlos. ¡Apunta!
Con harina, sal fina y vinagre blanco
Uno de los remedios más eficaces es una solución a base de harina, sal fina y vinagre blanco. Lo que debes hacer es introducir en un recipiente media taza de harina y media de sal y, a continuación, ir añadiendo poco a poco vinagre blanco hasta crear una masa homogénea y flexible.
Cuando hayas hecho esto, el siguiente paso será cubrir la pieza con esta solución y taparla con papel film transparente. Esperamos unos 30 o 40 minutos para que el remedio actúe y, pasado este tiempo, retiramos el papel y enjuagamos con un paño humedecido con abundante agua caliente.
Finalmente, y con una lana de acero, empezamos a frotar la pieza. Sin necesidad de hacer mucho esfuerzo, notaremos como el brillo y el color no tardan en aparecer. En caso de que la pieza cuente con detalles difíciles de alcanzar con la lana de acero, una buena idea es utilizar un cepillo matricero para rascar dichas zonas.
Con cera del suelo
Otro remedio que puedes llevar a cabo es utilizar cera plástica para limpiar el suelo. Con una brocha fina aplica la cera plástica a tu picaporte. Después, espera unos minutos hasta que se seque, y cuando esté seco, frótalo con un trapo suave.
Con amoniaco
Aunque es menos frecuente, el amoniaco, pese a su dureza, también puede servirte para limpiar estas partes de tu hogar. Es muy importante que lo mezcles con agua para evitar deteriorarlos o estropearlos. Luego solo tendrás que aplicarlo en la manilla que quieras y... ¡Listo!
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