SIN COMPLICACIÓN

Remedios caseros para combatir los calambres

Conoce las técnicas que te ayudarán a reducir las molestias provocadas por calambres.

Persona con dolor en la piernaPexels

Puede que alguna vez te hayas despertado a media noche a causa de un fuerte latigazo en una de tus extremidades inferiores o que, tras acabar una rutina de ejercicio intenso, no te hayas podido mover porque algún músculo se haya tensado tanto que se asemeje a una bola de billar.

Esta sensación incómoda, dolorosa y repentina tiene nombre: calambre. Se trata de la contracción involuntaria de un músculo, sin motivo aparente y que debido a la gran concentración de tensión es imposible de relajar. De todas formas, no es una molestia que se alargue en el tiempo: es transitoria. Generalmente, acostumbra a durar segundos, pero pueden llegar a ser minutos.

¿Por qué me pasa?

Comúnmente, se producen en las piernas y no solo afectan a un único músculo, sino que el espasmo puede afectar a más de uno. No debes ser un atleta para que te ocurra, cualquier persona puede padecer calambres.

Aunque se desconoce la causa exacta de su aparición, existen motivos por los que pueden producirse: una mala hidratación, estar embarazada o la falta de determinados nutrientes, por ejemplo. Te contamos cómo puedes aliviar y prevenir este dolor con remedios caseros.

Batidos de frutas

En muchas ocasiones, la falta de potasio, calcio o magnesio es la que provoca el calambre. Las frutas son importantes fuentes de vitaminas que nos ayudan a mantener una buena alimentación, por lo que también son claves a la hora de ayudarnos a lograr nuestro objetivo.

Puedes optar por comerlas en su estado natural o elaborar un fresco batido. Las más recomendadas para esta dolencia son el plátano, el kiwi y el melocotón, frutas muy ricas en potasio, entre otros nutrientes. Mezcla tus frutas favoritas con un poco de leche para empezar bien tu mañana.

Vinagre de manzana y miel

Este producto es la clave de una técnica histórica para prevenir calambres musculares. El vinagre de manzana promueve la buena circulación sanguínea, aspecto fundamental para que nuestro músculo se destense más rápido.

Podemos aplicarlo de forma externa, restregando un poco de líquido en la zona afectada. También podemos hacerlo de forma interna, elaborando una especie de . Mezcla en agua tibia un par de cucharadas del líquido junto a una cucharadita de miel, otro producto con mucho potasio.

Masajea la zona y aplica temperatura

Al ser contracciones involuntarias sin causa exacta, resulta difícil controlarlas por completo. Puedes aliviar su intensidad ejerciendo un suave masaje en círculos en el músculo afectado. De esta forma, favoreceremos el riego sanguíneo en la zona y el dolor se reducirá antes.

Aplicar calor durante el calambre ayudará a destensar el músculo. En aquellos casos donde sintamos dolor es preferible aplicar frío. Para los más deportistas, es fundamental calentar los músculos antes de ejercitarlos para no empezar el entrenamiento de forma brusca.

Movimiento y mucha agua

Mantenerse en la misma postura durante muchas horas también puede contribuir a su aparición, sobre todo si la postura ha sido mala. Por ello, levántate, mueve tus articulaciones y camina un poco para que tus músculos no se agarroten.

Además, beber agua es fundamental para mantener una buena hidratación. De lo contrario, tu cuerpo no tendrá la fuerza suficiente como para seguir funcionando con normalidad. Al hacer ejercicio, se recomienda tomar un poco de agua cada 15 minutos para no perder todo lo que sudamos.