RELACIONES TÓXICAS
El movimiento 'incel', acrónimo de "celibato involuntario", surgió hace casi 30 años en foros de internet. Actualmente, los hombres que responden a este nombre pueden ser un peligro, sobre todo para las relaciones, pero, ¿cómo podemos reconocerlos?
No es ni mucho menos un nuevo movimiento, está patente en la sociedad desde hace casi 30 años e internet ha sido el caldo de cultivo de esta ideología. Fue en 1997, cuando se abrió un blog donde surgió una nueva denominación en torno a una comunidad que, a día de hoy, ha llegado a reivindicar atentados terroristas. Nos referimos al concepto 'incel', una palabra que proviene del inglés y es acrónimo de "celibato involuntario".
Pero, ¿a qué nos referimos cuando decimos esta palabra? ¿Cuál es su origen? Y lo más importante, si tiene algún tipo de peligro, ¿cómo podemos evitarlo y alejarnos de ello?
Actualmente, hablamos de hombres que se definen a sí mismos como individuos incapaces de establecer relaciones sexuales y socioafectivas con personas del sexo opuesto. Según los expertos en el caso, se trata de grupos unidos por una fuerte frustración y el sentimiento de rabia y rechazo hacia el sexo opuesto. En este caso, las mujeres.
Lo cierto es que en un principio simplemente era una comunidad que agrupaba a personas, sin diferenciar en sexo, edad o raza, que tuviera dificultades para encontrar relaciones sentimentales, formar pareja o tener encuentros sexuales con otras personas. Sin embargo, con el paso del tiempo, ha ido evolucionando hasta ser un grupo exclusivamente de hombres jóvenes y adultos que comparten la frustración y el odio hacia el mundo en general y, especialmente, hacia las mujeres.
La comunidad 'incel' se caracteriza por varios aspectos. La principal es que se asocian de forma directa con el machismo y la misoginia. Estas actitudes junto con una sexualidad malentendida forman una terrible combinación, ya que culpan de la situación actual a la emancipación de la mujer o el feminismo y consideran que la mujer no debería tener esta libertad. Además, anteponen su satisfacción sexual a los derechos de las mujeres.
Es fácil detectar a este tipo de personas, puesto que suelen reivindicar la figura del hombre y suelen descalificar y atacar al género opuesto. También tienen un componente de victimista y ellos mismos suelen verse una víctima del sistema. Aunque no solo contra las mujeres, su insatisfacción con su propio aspecto físico les provoca un fuerte sentimiento de rabia hacia aquellos hombres y mujeres sexualmente activas. A estos perfiles que habitualmente tienen relaciones sexuales les denominan 'Chads' y 'Satecys'.
Por su parte, la mayoría de personas que pertenecen a esta comunidad comparten algunos rasgos psicológicos que pueden considerarse importantes. El motivo por el que estos grupos se esconden en internet, donde se sienten más protegidos, es a causa de su baja autoestima, sus inseguridades, los problemas de afectividad o la baja tolerancia a la frustración.
Además, como hemos mencionado antes, el denominador común entre ellos es la dificultad que tienen para establecer relaciones igualitarias o interacciones. De esta manera, estos hombres optan por el celibato "voluntario" para protegerse de un posible rechazo, tanto sexual como sentimental. Aun así, muchos expertos señalan que no hay un prototipo de hombre incel.
"Tengo 27 años y nunca he tenido una cita", así comenzaba el blog en 1997 de la mano de una joven Alana. Se trata del nombre ficticio, ya que la protagonista prefiere mantenerse en el anonimato. No había Facebook, Instagram y ni siquiera existía My Space o estos espacios pioneros en el mundo digital. Todo funcionaba a través de foros y Alana creó este. Fue la mujer fundadora de este espacio digital que comenzó con la intención de ser un lugar donde reunir a aquellos a quienes les costaba establecer relaciones sentimentales. Lo llamó "proyecto de celibato involuntario".
Entonces era un simpático espacio donde ella publicaba artículos y compartía su opinión y visión. Poco a poco se convirtió en un lugar donde hombres y mujeres divagaban en un tono frustrado sobre su soledad y la imposibilidad de conocer a alguien. Sin embargo, era un sitio donde se mostraba apoyo entre los participantes. Incluso llegó a haber dos personas que se conocieron en el foro y terminaron casándose.
Con el paso del tiempo, Alana encontró pareja y se alejó de la comunidad. No volvió a tener noticias sobre el fenómeno hasta quince años más tarde, cuando vio en una revista el nombre de Elliot Rodger. Un joven considerado un héroe por algunos integrantes de la comunidad 'incel' por, tras matar a seis personas en un tiroteo masivo en Vista (California), dejar un documento de 141 páginas donde expresaba su profundo odio hacia las mujeres.
Más tarde, en abril de 2018, Alek Minassian escribió en Facebook: "La rebelión incel ya ha comenzado… ¡Saluden todos al Caballero Supremo Elliot Rodger!". Después de ello, atropelló con una camioneta a diez personas. La comunidad era ya tan solo una sombra de lo que nació en 1997 y Alana no se sentía culpable pero sí cabreada.
La solución no es cerrar internet o los foros donde muchas personas se esconden bajo el anonimato. La situación requiere una respuesta clara y contundente. Se necesita educación, mucha más educación sexual. De esta manera, podremos terminar con los roles de género que sitúan a los hombres como el sujeto de poder en las relaciones sentimentales y sexuales.