MENSTRUACIÓN
Ovarios poliquísticos, fibromas uterinos o trastornos de la conducta alimentaria son algunos de los motivos que pueden causar menstruaciones irregulares.
Existen diversas causas que pueden dar lugar a ciclos menstruales irregulares y, aunque en muchos casos no hay por qué preocuparse, es recomendable ponerse en manos de un profesional si el problema persiste para descubrir cuál es el motivo. “No hay que extrañarse si se tiene de vez en cuando algún ciclo irregular o con una sintomatología diferente. No hay que olvidar que el organismo es un ente vivo y que el ovario no es un reloj de precisión, de modo que no es siempre previsible al 100%”, explica Antonio Gosálvez, director de la Unidad de Reproducción Asistida del Hospital Universitario QuirónSalud, en Madrid.
El experto recomienda no extrañarnos si algún mes, o incluso más de uno, nuestra menstruación adopta unos patrones diferentes a los habituales, aunque insiste en que no existe evidencia científica a la hora de atribuir los desajustes menstruales al estrés. “El estrés es un concepto difuso, que solemos relacionar con la preocupación que sentimos a veces en nuestro día a día por diversos temas, pero la creencia de que este grado de preocupación o inquietud puede influir en el ciclo menstrual no es más que un mito”, explica Gosálvez.
Existen, sin embargo, otras circunstancias, que sí pueden afectar al ciclo menstrual. Estas son algunas de ellas:
Premenopausia
Los desajustes menstruales son habituales en los inicios de la menopausia, “cuya edad media en España se sitúa en los 45 y 55 años”, explica la ginecóloga Miriam Al Adib Mendiri, autora del libro Hablemos de vaginas. “Se diagnostica la menopausia cuando ya se llega al año de ausencia de regla, pues la perimenopausia puede durar varios años y puede dar irregularidades menstruales durante ese tiempo, hasta llegar al cese definitivo de la menstruación”. No es extraño, pues, que muchas mujeres pasen años de su vida con menstruaciones irregulares, mientras que en otros casos la menopausia puede aparecer de forma mucho menos gradual. “No todas las mujeres desarrollan síntomas, y cuando los hay estos son variables tanto cuantitativa como cualitativamente”, explica Al Adib Mendiri, quien recuerda que la menopausia es una etapa más de la vida que ha estado permanentemente estigmatizada y que “muchos trastornos asociados a ella se relacionan más con la esfera psicoafectiva que con la física”.
Obesidad
Según un estudio publicado en la Revista Peruana de Obstetricia y Ginecología, uno de los muchos que ha relacionado la obesidad con los desarreglos menstruales, las mujeres con obesidad presentan unos niveles más altos de testosterona, cosa que puede alterar el ciclo menstrual, además de provocar la aparición de vello corporal. Por otra parte, la acumulación de grasa en el organismo hace que se produzcan más estrógenos y que, por tanto, el funcionamiento de los ovarios se pueda ver alterado. En este sentido, según la misma investigación, el Síndrome del Ovario Poliquístico (SOP) puede mejorar con una pérdida de peso del 5% al 10%, aunque en las muy obesas se puede requerir una pérdida de un 25% a un 50% para notar la mejoría.
Fibromas uterinos
Los fibromas uterinos, también llamados miomas, son tumores benignos que se forman en las paredes del útero y que en muchos casos, dependiendo de su cantidad y tamaño, no causan síntomas. En otras ocasiones, la presencia de miomas sí que puede afectar a la calidad de vida, ya que pueden ocasionar presión o dolor pélvico, incluso dolores de espalda, sangrados abundantes durante la menstruación, necesidad de orinar con frecuencia, estreñimiento o ciclos irregulares. Si tenemos fibromas uterinos y no nos dan síntomas, lo recomendable es no actuar, revisándolos siempre periódicamente. En el caso de que presenten sintomatología, lo adecuado es estudiar cada caso en particular y optar por una solución personalizada, desde el uso de tratamientos hormonales para reducir su tamaño hasta la extirpación quirúrgica. Otros trastornos ginecológicos, como los ovarios poliquísticos, también pueden ocasionar desarreglos menstruales.
Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA)
Un artículo elaborado por el Hospital Universitario Materno-Infantil de Canarias señala que las alteraciones menstruales son un síntoma frecuente de los trastornos de la conducta alimentaria. Según esta institución, “las pacientes con anorexia nerviosa presentarían una situación de amenorrea de larga evolución, anovulación crónica, hipoestronismo y efectos importantes sobre el sistema cardiovascular y óseo”.
Anticonceptivos hormonales
Todos los anticonceptivos hormonales están asociados a cambios en el patrón y frecuencia de sangrados, cosa que es importante tener en cuenta a la hora de escoger el más adecuado para nosotras. Es frecuente que al iniciar el tratamiento con un anticonceptivo hormonal algunas mujeres puedan experimentar ciclos irregulares e incluso sangrados fuera del ciclo, pese a que generalmente el patrón se acaba ajustando. Ocurre lo mismo cuando interrumpimos la toma de anticonceptivos, que puede dar lugar a menstruaciones irregulares, o a la ausencia de ellas, durante los meses posteriores. Lo habitual es que la situación se regule en poco tiempo, pero si no es el caso es conveniente acudir a un profesional que valore el cuadro.
Embarazo y lactancia
Pese a que algunas mujeres sufren algún tipo de sangrado durante el embarazo, lo habitual es que estos desaparezcan, lo mismo que ocurre durante la lactancia. No es de extrañar, sin embargo, que algunas mujeres tengan la menstruación mientras dan el pecho, sobre todo cuando las tomas se espacian. También es probable que los ciclos menstruales sufran algún desarreglo tras una interrupción de embarazo, tanto espontánea como inducida, o tras la extracción de óvulos.