SALUD
Unos de los aceites más consumidos es el de palma, especialmente en los productos procesados. ¿Qué pasa si consumimos mucho este producto? ¿Realmente es tan malo?
El aceite de palma es uno de los productos más consumidos y utilizados para elaborar algunos productos. Se obtiene de la palma africana, principalmente cultivada en Asia, África y América del Sur. Los usos principales de este aceite suelen ser para elaborar alimentos como la bollería industrial, las galletas, cremas de chocolate, coberturas, snacks y la gran mayoría de productos ultraprocesados que consumimos en todos los países. Ya que además de ser más barato aporta una serie de características a estos alimentos como el brillo.
Sin embargo, no es una alternativa sana nutricionalmente hablando, ya que para obtenerlo se somete a una serie de procesos de refinado a altas temperaturas para conseguir ese tipo de grasa saturada, e incluso genera una serie de sustancias tóxicas para el organismo. Todas estas sustancias se denominan ésteres, que son muy dañinas para la salud si se consumen diariamente y pueden ocasionarnos diferentes problemas.
Según afirma la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, el aceite de palma no es muy recomendable para una dieta saludable, ya que puede producir un aumento en el colesterol y los triglicéridos y favorece principios de arterioesclerosis y enfermedades relacionadas con el corazón y el sistema cardiovascular.
Actualmente no hay motivos sanitarios para realizar prohibiciones para su uso, consumo y disfrute. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria ha establecido un límite recomendable tanto para la producción alimentaria como para la ingesta de este producto. Para evitar la acumulación de ésteres, que puede ser muy perjudicial para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.