No hay que ponerse en lo peor

10 razones por las que tienes bultitos en la vagina (y no, no es cáncer)

No es que tengas que alegrarte de ver un bultito ahí abajo, pero tampoco es para que pienses lo peor.

Nos pasa a todos. Cuando algo en nuestro cuerpo no marcha como debiera, pensamos en el cáncer como primera opción. Encontrar un bultito en la vagina asusta, está claro, pero la mayoría de las veces no son más que quistes benignos y temporales.

Ni el herpes vaginal ni el temido VPH (virus del papiloma humano) se muestran como una protuberancia, sino más bien en forma de ampollas y llagas. Son dolorosos y exudan líquido. Por lo tanto, a menos que esos bultos de tu vagina se pongan en erupción como pequeños volcanes (en cuyo caso, consulta a tu médico de inmediato), es probable que lo que te pasa sea menos serio de lo que imaginas, o al menos, tratable. Estas son las razones más posibles:

1. Tienes acné vaginal

Seguro que pensabas que las dichosas espinillas se acabarían tan pronto como salieras de la pubertad, pero los brotes de acné pueden perseguirte incluso en la edad adulta. Y no solo para fastidiarte la cara. Los granitos pueden salir en cualquier parte del cuerpo y sí, se puede desarrollar acné en el área vaginal. Son viejos amigos de tu adolescencia, bultitos rojos, irritados y, a veces, llenos de pus.

Pero por muy incómodos que puedan ser, trata de luchar contra la necesidad de estallarlos. Por favor. Recuerda lo que te decía tu madre. Mantén las manos alejadas y deja que se quiten solos.

2. La depilación está irritando tu piel

Eliminar el vello público demasiadas veces en poco tiempo o con las herramientas inadecuadas puede hacer que la delicada piel de la línea del bikini sea ponga roja y te produzca picazón. También puede provocar pelos encarnados y foliculitis, es decir, que se infecten los folículos pilosos.

Depilar el área vaginal puede hacer que el vello que vuelve a crecer quede atrapado debajo de la piel y se infecte, causando bultitos y dolor. Dejar de rasurarse durante una o dos semanas debería mejorar la situación, pues los problemas causados por el aseo personal suelen desaparecer por sí solos.

3. Tienes pelos encarnados

El vello púbico se caracteriza por su forma rizada, y esto tiene sus inconvenientes. Es mucho más propenso a enterrarse en la piel, causando lo que conocemos como pelos encarnados. Y esta es la razón más común de los bultos en el área vaginal.

Aunque pueden infectarse, la mayoría de las veces los pelos encarnados solo pican y molestan. Puedes usar pinzas y un espejo para tratar de quitarte el vello problemático, o puedes dejar que salga él solito. Siempre lo consiguen.

4. Tienes nuevos lunares o pecas

Con los años, la exposición al sol puede producirte nuevas pecas o lunares, incluso hacer que alguno de estos salga a la superficie. Por otro lado, el roce continuo de piel con piel o de la piel con la ropa puede crear marcas en la piel que son como bultitos suaves e indoloros.

Estas últimas representan una amenaza para tu salud y, por lo general, no necesitarás tratamiento médico. A menos que te molesten hasta el punto en que simplemente quieras eliminarlas. Los lunares son otra historia. Normalmente no son grandes, pero es importante que aprendas a distinguir entre las variedades normales (lunares redondos, planos y regulares) y las sospechosas (lunares atípicos, asimétricos, abultados o de algún color raro), especialmente si pasas mucho tiempo al sol. El tamaño de los lunares puede aumentar con el tiempo y también aparecer en el área de la ingle, así que si te ha brotado una mancha marrón ahí de repente, préstale atención.

Problemas vaginales | iStock

5. Tienes quistes sebáceos

Si te sientas delante de un ordenador durante ocho horas, vuelves a casa con el sudor del gimnasio y usas ropa interior apretada y nada transpirable, tu vagina no estará recibiendo todo el aire fresco que necesita. Un ambiente completamente cerrado entre las piernas y el roce incesante de la ropa puede hacer que crezcan quistes sebáceos en esa zona.

Los quistes de sebo no son más que bultos llenos de líquido que aparecen como el acné y suelen encontrarse en la zona de la ingle. Pueden infectarse, pero la infección no sale normalmente de esa área. Si no se van cambiando tu rutina de higiene y aireamiento, una visita al médico evitará que te quiten el sueño.

6. Tienes verrugas genitales

Algunas cepas específicas del virus del papiloma humano pueden dar lugar a esta ETS. Las verrugas que aparecen en la zona vaginal son pequeñas, ser ásperas o lisas, y de color piel o ligeramente más oscuras. No causan problemas de salud a priori, aunque son contagiosas a través del contacto sexual y muchas mujeres buscan tratamiento debido también a una cuestión estética. Aunque las verrugas en sí mismas no son peligrosas, conviene consultar a un ginecólogo para averiguar si la causa es el VPH, porque esto sí podría ponerte en riesgo de cáncer cervical y otros problemas graves.

7. Tienes un quiste de Bartholin

Si el bulto extraño está alrededor de la abertura de la vagina, puede que se trate de un quiste de Bartholin. Las glándulas de esta zona son responsables de la lubricación, y a veces se bloquean o acumulan demasiado líquido. El quiste no supone mayor problema, pero puede infectarse y volverse doloroso. En este caso los antibióticos pondrán fin a la historia.

8. Tienes una glándula sudorípara bloqueada

Las glándulas sudoríparas están en todas partes, incluso en la ingle. Si has usado leggings grises durante un entrenamiento sabrás de lo que hablamos. Y esas glándulas sudoríparas pueden infectarse, causando un bulto hinchado y a veces molesto. De ahí la necesidad de ducharse nada más terminar de hacer deporte, pues la ropa húmeda, sobre todo la que no es absorbente ni transpirable, guarda el sudor contra la piel y puede provocar un bloqueo en las glándulas sudoríparas. Una higiene adecuada, que incluye lavar bien el área vaginal con agua limpia y antes de ponerse la ropa seca lo antes posible, evitará este problema.

9. ¡Molluscum contagiosum!

No, no es un hechizo de Harry Potter. El molluscum contagiosum es el aterrador nombre que se le ha dado a un problema mucho menos importante de lo que suena. Se trata de la aparición de unos bultos pequeños, perlados y firmes, como resultado de una infección de la piel causada por el virus del mismo nombre. Generalmente eso son los únicos síntomas, aunque algunas veces puede volverse más grandes, picar e incluso rezumar líquido. El molluscum se contagia a través de las relaciones sexuales o por compartir una toalla, y sus efectos no sólo aparecen en el área genital. También pueden propagarse a otras partes del cuerpo. Lo normal es que estos bultos desaparezcan sin más en unos meses.

10. Tienes sífilis

Esta ETS ‘pasada de moda’ está reapareciendo en los últimos años. El primer signo de sífilis es la aparición de uno o más bultos pequeños e indoloros en el lugar de la infección, generalmente los genitales o la boca. Estos permanecen de tres a seis semanas y luego desaparecen por sí solos, pero eso no significa que la enfermedad haya desaparecido también y que no necesites tratamiento. La sífilis se trata con antibióticos pero sigue siendo potencialmente mortal, no lo olvides.

Además no olvides cuidar tu vagina y preocuparte por cada anomalía o situación extraña que no sepas afrontar acudiendo a tu médico o especialista.

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