INTOLERANCIAS

¿Por qué a veces la leche sin lactosa te sienta mal?

Si te has cambiado a la leche sin lactosa por un malestar digestivo, pero no has notado mejoría, hay otras opciones que debes considerar. En este artículo te comentamos las causas más comunes que pueden estar detrás de esta sintomatología.

Una mujer con dolor de tripaPexels

Hay personas que toleran la leche y sus derivados sin problema alguno. Sin embargo, hay algunas personas que sienten un malestar digestivo cada vez que ingieren leche.

Muchas de estas personas han oído hablar de la existencia de la intolerancia a la lactosa, y en lugar de pedir ayuda médica y realizar las pruebas pertinentes que ayudarían a confirmar o descartar el diagnóstico, cambian el tipo de leche por las llamadas leches sin lactosa (digo las llamadas, porque en realidad no son leches que no llevan lactosa, sino que la llevan ya predigerida para que no les suponga un problema a las personas con intolerancia a este azúcar).

Hay personas que notan mejoría con este cambio, pero hay otras personas que siguen notando ese malestar digestivo. Muchas prueban a cambiarse a la leche desnatada sin lactosa y aún así, notan que no les sienta bien. ¿Qué puede ser? En realidad, puede deberse a muchos motivos. Vamos a comentar las más comunes.

Problemas digestivos: ¿Realmente te sienta mal la leche?

Lo primero que debemos descartar es que ese malestar digestivo en realidad lo esté produciendo algo que se consume de forma simultánea al consumo de leche y no la leche. Por ejemplo, si la leche se toma siempre con café, o si siempre que se toma leche, se toman otros alimentos como galletas, tostadas, el pincho dulce del bar… En este caso habría que ver si el efecto es el mismo cuando se consume leche sola.

También hay que valorar si la ingesta de leche coincide a la hora que tomamos alguna medicación y que el efecto pueda ser de la medicación y no de la leche. En ese caso habría que ver si la leche tomada en otro momento del día produce el mismo efecto.

Otra pista nos la puede dar cómo nos sientan otros derivados lácteos como el yogur o el queso. Si nos sientan bien, igual o peor que la leche.

¿Si tienes intolerancia a la lactosa, qué sienta peor el queso o la leche?

Si fuese una intolerancia a la lactosa, el queso sentaría mejor que la leche, ya que al estar fermentado tiene un menor contenido en lactosa. Si el queso sienta peor que la leche, es posible que lo que esté produciendo ese malestar digestivo sea alguna de las proteínas de la leche (la lactosa es el azúcar de la leche), que está en mayor cantidad en los quesos, mayor cuánto más curado es el queso.

Tipos de alergias alimentarias

Hay dos tipos de alergias alimentarias:

  • Las mediadas por anticuerpos IgE, que se presentan en menos de dos horas, de forma rápida tras la exposición al alimento con una variedad de síntomas, desde leves (urticaria, digestivos...) hasta en los casos más graves pudiendo producir la muerte. Hay pruebas médicas para diagnosticarla.
  • Las no mediadas por anticuerpos IgE, que se manifiestan sobre todo con síntomas digestivos que aparecen 2-48 horas tras ingerir el alimento. En este último tipo no hay prueba para su diagnóstico, más que hacer una dieta de exclusión en caso de sospecha y ver si mejoran los síntomas y luego reintroducir el alimento y confirmar que la sintomatología vuelve.

Alergia a la proteína de la leche

La alergia a la proteína de le leche de vaca no mediada por IgE puede producir síntomas similares a cólicos, deposiciones inusuales, dolor abdominal, reflujo o estreñimiento.

Este tipo de alergia a la proteína de la leche de vaca es la más frecuente en menores de 1 año y se suele identificar cuando el bebé lactante pasa a tomar leche de fórmula u otro tipo de lácteos o cuando la madre lactante ingiere lácteos. En un 80% de los casos se revierte con la edad, pero en el resto de los casos perdura.

Así que si la leche sin lactosa te sienta mal, esta es una probabilidad que hay que descartar. Si se confirmase el diagnóstico, habría que excluir por completo todo tipo de lácteos y alimentos que los puedan contener y consumir alternativas vegetales.

Valora siempre con tus profesionales de la salud tu caso.