OPINIÓN EXPERTA
Cuando llega el buen tiempo, nos suelen entrar las prisas con la “operación bikini”. Pero como no queremos rechazar ningún evento social, lo que hacemos es compensar los excesos restringiendo la ingesta de calorías de las siguientes comidas. Sandra Moñino, dietista y nutricionista, nos explica por qué debemos evitar caer en esta práctica.
En la sociedad actual, es común ver como muchas personas intentan "compensar" los excesos de calorías mediante la restricción alimentaria. Estamos acostumbrados a la inmediatez que nos dan las nuevas tecnologías, lo que nos hace buscar resultados rápidos también a la hora de transformar nuestro cuerpo. No obstante, debemos ser conscientes de que nuestro físico (y nuestra salud) no entiende de prisas.
Para profundizar en esta problemática, hemos entrevistado a Sandra Moñino, dietista y nutricionista, CEO de la clínica online Nutriciónate. Sandra, que también es experta en alimentación antiinflamatoria, nutrición clínica y pérdida de peso, nos ha explicado por qué esta práctica puede ser perjudicial y cómo adoptar una alimentación saludable y sostenible.
Según Sandra Moñino, la práctica de "compensar" suele surgir de una mala relación con la comida, impulsada por el deseo de perder peso rápidamente y sin pasar por un proceso prolongado de cambio de hábitos. "Este tipo de compensaciones se dan cuando intentamos comer lo más saludable posible, restringiendo las calorías que tomamos, y si en un momento determinado tenemos un exceso, tendemos a compensarlo pasando hambre", explica Sandra. Por ejemplo, tras un evento donde se ha comido en exceso, es común que la gente opte por no cenar o por alimentarse solo de lechuga y frutas al día siguiente, con la esperanza de neutralizar el impacto calórico.
Sandra advierte que este enfoque ocasiona varios problemas, principalmente un patrón alimenticio inadecuado Al establecer una dicotomía entre lo "saludable y aburrido" y lo "insano y divertido", se fomenta una percepción negativa de la alimentación saludable. "Hace que no podamos mantener un hábito saludable en nuestro día a día", señala.
Además, esta dinámica alimenta un ciclo de dietas restrictivas que no son sostenibles a largo plazo, lo que explica por qué muchas personas luchan por mantener hábitos alimentarios saludables.
Para quienes tienen el hábito de "compensar", Sandra aconseja cambiar la mentalidad hacia la comida y establecer un hábito saludable. "Que prueben una alimentación antiinflamatoria, una alimentación saludable y que se pueden guiar por un nutricionista para que les ayude a establecer más esos hábitos", sugiere. El objetivo es cambiar la forma de pensar y optar por una alimentación saludable, incluso en momentos de tentación, siguiendo las alternativas que hemos comentado.
En una época del año donde es fácil caer en la tentación de disfrutar de tapas y cervezas al sol, Sandra ofrece alternativas más saludables. "Si llevas una alimentación saludable en tu día a día sin pasar hambre, consumiendo todos los nutrientes que necesitas, al final puedes permitirte esas tapas y esa cervecita puntual en una terraza", asegura. Mantener un hábito alimentario saludable no solo ayuda a cuidar la línea, sino que también mejora el bienestar físico y mental.
No obstante, Sandra sugiere optar por bebidas refrescantes y saludables como el agua con limón, agua con gas o kombucha, por norma general. En cuanto a los alimentos, recomienda aceitunas, frutos secos, ensaladas con queso fresco, jamón, queso, moluscos a la plancha, y pescados como sardinas y boquerones. "Podemos disfrutar de ese momento sin miedo a engordar, entendiendo que se puede disfrutar igual con una cerveza que con un agua con gas", añade.