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Parece que uno de los efectos secundarios más temidos durante la menopausia es el incremento de peso o la osteoporosis, pero hay otros como los sofocos, la irritabilidad o la hinchazón que no pasan desapercibidos. ¿Quieres saber por qué te sientes que tu vientre se ha hinchado? En este artículo te lo explicamos.
El cuerpo es una máquina maravillosamente programada para ir adaptándose a los cambios según vamos cumpliendo años. La anatomía de la mujer no deja de sorprendernos, pues tiene una capacidad de metamorfosear increíble.
Quizá el último cambio más importante que sufre es cuando, a una cierta edad -que habitualmente ronda los 45 años-, aparecen los primeros síntomas de la menopausia -la retirada de la menstruación- como los sofocos, el insomnio, la pérdida de masa muscular, o el aumento de pecho, por ejemplo.
El fin de la etapa fértil supone alteraciones fisiológicas y hormonales que comportan una transformación drástica en el cuerpo femenino. La reducción de estrógenos y progesterona que segrega nuestro organismo modifica no solo la producción ovárica, sino el aspecto de la piel, del cabello, la densidad ósea, la temperatura corporal y la hinchazón abdominal, entre otros.
Este último síntoma es la es una sensación de opresión y volumen en la zona del abdomen que puede provocar malestar o dolor, y es muy similar a la que se experimenta habitualmente durante los días previos a la menstruación. En NovaMás te explicamos tres de las causas más comunes que originan la hinchazón abdominal durante la menopausia: la retención de líquidos, los problemas digestivos y la acumulación de grasa abdominal.
La retención de líquidos
Los cambios que afectan al equilibrio hormonal en la etapa del climaterio tienen una relación directa con la hinchazón del vientre debido al incremento de la retención de líquidos.
Una manera de reducir la retención de líquidos y las incomodidades que comporta es beber mucha agua y tomar infusiones -para potenciar la función diurética de nuestro organismo- así como llevar una dieta saludable, rica en vitaminas y potasio, y baja en sal.
Problemas digestivos y gases
Al igual que ocurre en los días previos y posteriores a la menstruación, durante la menopausia es muy común que los cambios hormonales provoquen que se ralentice la digestión, alterando el funcionamiento normal del aparato digestivo.
Tener problemas intestinales como el estreñimiento, la diarrea o el aumento de gases están a la orden del día. Estos síntomas pueden durar unos días, semanas o cronificarse hasta el punto de acompañarte durante años.
Para encontrar de nuevo un equilibrio intestinal es importante seguir una dieta rica en fibra y dejar atrás la vida sedentaria. También es aconsejable ingerir mucha agua y evitar las bebidas gaseosas.
Grasa abdominal
Al reducirse los niveles de estrógenos, la grasa que habitualmente localiza la mujer en las caderas y las nalgas encuentra un nuevo lugar para almacenarse: el abdomen. Esto se une al hecho de que durante el periodo de la menopausia -y los cambios hormonales que sufre el cuerpo asociados a ella- se produzca un aumento de forma generalizada la grasa corporal.
El desajuste hormonal habitualmente conlleva que se genere una mayor resistencia a la insulina, haciendo que los niveles de glucosa en sangre se eleven, incrementando la necesidad de producir la hormona que regula y controla la insulina. Un círculo viciosos que trae consigo la acumulación de grasa abdominal.
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