CONSULTA FARMACÉUTICA
Los suplementos de hierro están indicados para la prevención o el tratamiento de la anemia por bajas reservas de hierro en el embarazo, la adolescencia o en hemorragias, entre otras situaciones.
El hierro es un metal que es inestable y se oxida con facilidad, por ello, normalmente se suele ver asociado a otros componentes formando unos complejos para dar estabilidad química, como el sulfato ferroso o gluconato ferroso.
El problema es que al oxidarse no se absorbe correctamente, de hecho, varios estudios afirman que se absorbe entre un 5% y un 35% del total dependiendo del tipo de hierro.
Cada suplemento contiene diferentes sales de hierro, y eso puede variar en cómo se absorben o interactúan con los alimentos o fármacos. Además, algunos suplementos de hierro pueden presentar más efectos secundarios que otros, principalmente a nivel gastrointestinal.
Sobre todo, se dan a nivel gastrointestinal y los más destacados son:
Existen diferentes fármacos que inhiben la absorción de hierro:
El suplemento más utilizado es el sulfato ferroso y lo debemos de tomar en ayunas, que es lo que puede provocar efectos adversos gastrointestinales, descritos anteriormente.
Para mejorar la absorción también se recomienda tomar junto con un antioxidante, como un zumo de naranja o de tomate.
Actualmente, hay en el mercado comercializados desde hace unos años, un tipo de complementos de nueva generación que no tienen los efectos adversos tan desagradables de las anteriores, son los hierros en formato cápsulas sucrosomadas o liposomadas.
El hierro se encuentra micro encapsulado en una estructura esférica fosfolipídica que favorece su absorción protegiendo la mucosa gastrointestinal sin entrar en contacto con ella y liberándose directamente en el intestino, que es donde se absorbe, evitando que se produzcan los efectos adversos a nivel digestivo.
Además, este tipo de suplementos de hierro se pueden tomar junto con las comidas y medicamentos ya que por el tipo de formulación que tiene no se ve ralentizada su absorción.
Como inconveniente está el precio: son bastante más caros que los complementos tradicionales y no están financiados por la seguridad social.