TIPOS DE COMUNICACIÓN
Existen distintas formas de comunicarnos y según el tipo de comunicación que utilicemos a diario llegaremos a tener relaciones personales más o menos sanas.
Ser pasivo-agresivo en la comunicación con otra persona solo genera malestar y falta de harmonía y entendimiento. La comunicación es la clave de las relaciones y podemos clasificar los tipos de comunicación en tres:
Por ejemplo: si Pepe le dice a María que por favor le ayude con un tema del trabajo, pero María está hasta arriba de tareas le puede decir "Pepe, lo siento, ahora no puedo ayudarte, en un par de horas estaré más desocupada, te aviso para ponernos con ello". En este ejemplo vemos cómo María atiende a sus propias necesidades poniendo un límite a la petición de Pepe y al mismo tiempo tiene en cuenta sus sentimientos a la hora de transmitirle el mensaje.
Siguiendo el ejemplo del apartado anterior, si Pepe le pide a María ayuda con un tema del trabajo, aunque María esté hasta arriba de tareas va a ser incapaz de decirle a Pepe que no, y va a dejar lo suyo de lado para que Pepe esté contento. Las consecuencias de esta respuesta las vivirá ella quedándose más horas en la oficina o enfrentándose a represalias por no tener lo suyo hecho.
Por ejemplo: si Pepe le pide a María ayuda con un tema del trabajo, pero María está hasta arriba de sus tareas, si ella utiliza una comunicación agresiva lo que va a responderle a Pepe serán insultos, gritos y le hará sentir culpable por haberle pedido ayuda.
Cómo es ser pasivo-agresivo
Ser una persona pasivo-agresiva es ser una persona que se comunica con una mezcla de comunicación pasiva y comunicación agresiva en la que podemos identificar dos fases:
Por ejemplo: si Pepe le pide a María ayuda con temas del trabajo y María está muy ocupada con sus tareas, en una fase inicial de pasividad María va a decirle que sí a Pepe. Sin embargo, a medida que avanzan los minutos y ve que no puede, empieza a rumiar sobre lo egoísta que es Pepe al pedirle eso sabiendo cómo está ella de tareas y empieza a preocuparse por no tener sus tareas listas a tiempo. Por todo ello, acaba por no hacer lo que Pepe le pidió.
Sin embargo, en vez de decirle claramente a Pepe que no lo va a hacer, no le dice nada y cuando Pepe va a buscar lo que le ha pedido no lo tiene y es María quien lo regaña por esperar que ella tuviera sus cosas hechas cuando no tenía ni sus propias tareas acabadas.
El resultado es una comunicación ambivalente que genera mucha pérdida de tiempo a nivel práctico y mucho desgaste en la relación a nivel emocional.