CUIDADO DE LA PIEL
Descubre las principales causas de la aparición de granitos en diferentes zonas de nuestra piel cuando tomamos el sol y sudamos más de la cuenta.
El cuidado de nuestra piel es uno de las principales motivos de preocupación a lo largo del año. Nos cuidamos el cutis aplicando cremas hidratantes, antiarrugas y sérums, y utilizamos maquillajes para disimular las imperfecciones. Del resto del cuerpo también tenemos especial cura, exfoliamos las células muertas, usamos cremas reductoras, reafirmantes y nos masajeamos para reducir la piel de naranja.
Cuando llega el verano hacemos los deberes y nos informamos de los mejores protectores solares, preparamos la piel para las altas temperaturas, para exponernos a la agresión que supone el sol, el cloro de las piscinas, y el agua salada.
No obstante, por mucho cuidado que tengamos, muchas de nosotras vemos como a medida que suben las temperaturas y tomamos el sol empiezan a aparecer granitos en nuestra piel. A veces, además, sufrimos descamaciones, picores, rojeces y erupciones y no sabemos a qué se deben.
Desde NovaMás te explicamos todo lo que necesitas saber para entender estas incómodas respuestas de nuestra piel. Sigue leyendo y aprende cómo reacciona la epidermis al sol y al sudor.
Alergia solar, fotodermatosis o dermatitis lumínica
La principal causa de la aparición de granitos, ampollas, inflamación y picores en el escote, en la espalda y en las zonas interiores de los brazos es por la alergia solar. ¿Pero exactamente en qué consiste esta alergia? Pues nada más y nada menos que en una reacción del sistema inmunológico de cada uno frente a los rayos de sol ultravioleta.
La ingesta de algunos medicamentos pueden provocar sensibilidad al sol, se trata de los medicamentos fotosensibilizantes, es decir, aquellos que tienen una reacción dentro de nuestro cuerpo cuando tomamos el sol y se activa la melanina. También son aquellos que hacen que se produzca más melanina de lo habitual, como pueden ser las píldoras anticonceptivas.
Granos por sudor, sudaria o miliaria
Aquellas personas que tienen la suerte de no ser alérgicas al sol no quedan exentas de la aparición de granitos en la piel durante el verano. El calor activa las glándulas sebáceas y provoca que salgan más granitos. El uso de fotoprotectores un poco densos y algo grasos hace que los poros se obstruyan y no permiten que la piel respire como necesita para eliminar toxinas.
Además, tenemos que tener en cuenta que el calor puede hacer trabajar en exceso a los conductos del sudor que están bajo la epidermis y estos pueden llegar a inflamarse, provocando que el sudor quede retenido bajo la piel y se formen granos, pequeños bultos y picores.
Cómo prevenir y curar los granitos causados por el sol y el calor
Todos los dermatólogos con los que NovaMás ha tenido la oportunidad de hablar aconsejan no tomar el sol de forma voluntaria. La mejor opción para evitar la aparición de reacciones adversas a la exposición solar es llevar una correcta higiene en nuestra piel y estar el mayor tiempo posible a la sombra en un ambiente lo más fresco posible.
Como en muchas ocasiones es imposible huir del sol, lo más conveniente es graduar de modo consciente el tiempo en que nuestra piel está expuesta a los rayos ultravioleta. Para ello podemos cronometrar el tiempo que tomamos el sol y protegernos utilizando sombreros y sombrillas para evitar el impacto directo.
Además, es muy importante cubrir nuestra piel con protectores solares que tengan una textura fluida y una composición libres de aceites; incluso podemos tomar complementos alimenticios con antioxidantes que protegerán desde dentro las células del daño de la radiación solar.
Si aún tomando todas las precauciones posibles tenemos la mala suerte de sufrir estas incómodas reacciones en nuestra piel, podemos utilizar lociones, cremas o polvos calmantes con calamina. Dependiendo de la gravedad de la reacción cutánea, podemos aplicar cremas con corticoides que reduzcan a la mínima expresión las reacciones de nuestro sistema inmunitario, disminuya la inflamación de los conductos sudoríparos y la aparición de granos, picores y ampollas en la piel.