PERROS
El estado de alarma propició que muchas familias se animaran a adquirir una mascota. El problema es que muchos de los perros que pueden verse en webs son cachorros ilegales y a menudo, traen consigo enfermedades.
Comenzamos el segundo trimestre de 2021 y empezamos a ver los efectos negativos de la explosión de mascotas en nuestro vecindario. Pero no vamos a hablar de las deposiciones que los propietarios no recogen, ni de los ladridos descontrolados por la noche. No, hoy vamos a dar la voz de alarma acerca de un problema mucho más grave: el comercio ilegal de mascotas.
¿Y qué tiene eso que ver conmigo?
Por desgracia siempre ha existido la importación ilegal de animales. Cada año salen nuevas leyes para acotar y limitar lo más próximo a cero este problema, sin embargo, siempre quedan resquicios legales que permiten a las mafias continuar con sus rentables negocios ilegales.
Como ya hemos comentado en artículos anteriores, el estado de alarma favoreció que las familias se animaran a adquirir mascotas. La gran demanda de determinadas razas hizo que países como Eslovaquia y Hungría, entre otros, cuyas leyes de protección animal son mucho menos estrictas, elevaran exponencialmente su cría indiscriminada de dichas razas y las exportaran al resto de países de la Unión Europea.
Obviamente para poder introducir dichos animales en España, deben tener tiendas que acepten sus ilegales negocios y es ahí donde realmente hay que actuar y cerrar dichos locales. Cuando nos ponemos a la búsqueda de un cachorro de una determinada raza, la oferta online es abrumadora y parece que solo hay diferencia en el precio que pide cada web.
La horquilla puede ir de 1.500 euros en criadores españoles, con certificados de la Real Sociedad Canina y libres de determinadas enfermedades, a 400 euros en tiendas de animales con cartilla de vacunación y garantías durante 1 mes en sus propios veterinarios concertados.
Parece lógico que en gran parte de los casos la gente se anime por la segunda opción, pero, ¿qué hay detrás de esa diferencia de precio?
No pretendo valorar si 1.500 euros son adecuados o no por una determinada raza, pero sí dejar claro que cuando por la misma se piden precios tan dispares es porque lo barato saldrá caro. Esos animales, criados en países del Este, no reciben los cuidados mínimos necesarios ya que allí no exigen unos estándares mínimos de bienestar animal. Son separados de la madre prematuramente, no han recibidos los cuidados prenatales adecuados, no están desparasitados y las vacunaciones no son seguidas sanitariamente, por lo que no puede asegurarse que hayan sido realmente administradas.
Al llegar a España, los que llegan, ya que muchos mueren en el transporte, tienen una edad mucho menor de lo que reza en su fecha de nacimiento, y presentan carencias básicas en alimentación y salud en general.
El problema real que afecta a todos es que introducen enfermedades que aquí se lucha por minimizar y que, dado el aumento de dicho comercio ilegal, comenzamos a ver masivamente de nuevo.
En marzo hemos sufrido un brote de Parvovirosis canina en Madrid. En cuestión de 7 días los casos se multiplicaban barrio a barrio. Comenzaron las investigaciones a través del Colegio Oficial de Veterinarios y casualmente el origen de todos estaba en cachorros comprados en tres tiendas al sur de Madrid y Toledo. La Sexta, por ejemplo, realizó un reportaje, ‘Amores Perros’, en el que pudieron plasmar parte de esta problemática.
Por desgracia, las medidas legales van lentas y mientras tanto, nuevos propietarios caen en la misma trampa. Cachorros de ¨tan solo¨ 400 euros acaban hospitalizados a los 5 días de estar en casa, necesitando hasta 10 días de tratamientos intravenosos y sin poder asegurar su supervivencia.
Pero no acaba ahí, estos animales han propagado las enfermedades que traen y contaminan el vecindario. Por suerte, la parvovirosis canina no se transmite a humanos, pero los parásitos intestinales y sarnas que suelen venir también con ellos si los compartimos y en especial, nuestros hijos. Y esto pasa a convertirse un problema real de salud pública, debemos ser conscientes del riesgo.