SALUD OCULAR
Nuestros ojos nos permiten ver el mundo, por lo tanto, es fundamental tratarlos adecuadamente para no empeorar su estado. Para muchas personas, el uso de lentillas es imprescindible, aunque debemos usarlas correctamente si queremos evitar problemas oculares.
Llegas de fiesta a altas horas de la madrugada y lo único que quieres es meterte en la cama, sin prestar atención a la importancia de desmaquillarte el rostro y olvidándote las lentillas en los ojos. Lo mismo ocurre tras una jornada de trabajo intensa. Aunque creas que por una vez no va a pasar nada, lo cierto es que este hábito incrementa significativamente las probabilidades de sufrir una infección ocular.
Antes de dejarte llevar por tu pereza, piénsalo. El tiempo que inviertes en sacarte las lentillas puede ser decisivo, pues prescindir de esta simple acción puede tener importantes consecuencias sobre tu ojo, disminuyendo considerablemente la calidad de tu visión.
El principal problema de dormir con lentillas es la falta de hidratación. Como bien sabrás, es fundamental mantener el ojo húmedo, sobre todo con este tipo de lentes de contacto, pues con el paso de las horas tienden a secarse más y más. Por ello, se aconseja usar gotas durante el día. Obviamente, mientras dormimos no podemos controlar qué tan seco está y, al no mover el ojo, la hidratación es nula, así que lo más probable es que lo tengas extremadamente seco e irritado al levantarte.
Otro de los problemas es la falta de oxígeno. En este sentido, la lentilla crea una especie de barrera y la oxigenación de la córnea es menor, provocando la escasez de lágrima entre la lentilla y el ojo. En consecuencia, la córnea se puede llegar a inflamar considerablemente e incluso puede agrietarse, algo que favorecerá la entrada de bacterias. Y, evidentemente, puede conllevar importantes infecciones y otras patologías importantes. Por lo tanto, lo mejor es no dormir con ellas.
Aun así debes tener en cuenta que si se trata de una cabezada breve no deberías tener demasiados problemas, pero las consecuencias empeorarán si hablamos de un ciclo del sueño normal, por ejemplo, dormir seis u ocho horas. También dependerá del tiempo que lleves con ellas puestas. No es lo mismo quedarte dormido y solo haberlas usado unas pocas horas, que hacerlo con unas lentillas que has usado todo el día, pues la cantidad de impurezas será mayor y causarán mayor irritación al ojo.
Al día siguiente, sufrirás las consecuencias de tu mala decisión. Te será bastante difícil retirarlas, pues estarán resecas tras tantas horas. Lo más importante es no intentar separarlas de la superficie justo al despertarte, debes hacerlo unos minutos después, sobre todo si están muy pegadas.
Ante esta situación, usa gotas oculares para humedecer poco a poco la superficie y que te sea más sencilla su extracción. Durante el día, deja descansar tus ojos, lo mejor es que uses gafas para que vuelvan a su estado normal. Además, presta atención al aspecto del ojo, cualquier sensación extraña o diferente debería preocuparte, sobre todo si no cambia durante el día o empeora.
Si tus lentillas son mensuales o de uso prolongado, desinféctalas correctamente antes de volver a usarlas, es probable que la cantidad de suciedad que hayan acumulado sea mayor. En la actualidad, también podemos optar por las lentillas de hidrogel de silicona, unas lentes que destacan por su permeabilidad al oxígeno. Eso significa que puede pasar más oxígeno a través de ellas y pueden usarse durante más tiempo.
No solo eso, sino que también permiten mantener mayor humedad en la cavidad ocular. Así pues, son una opción ideal para los que necesitan llevarlas durante un tiempo prolongado. De todas formas, lo recomendable es contar con la aprobación de un especialista, ya que no todos los ojos están preparados para soportar las lentillas durante tantas horas, especialmente las personas que los tienen más delicados o secos.