IDENTIFICAR LA ANSIEDAD
Las dolencias físicas derivadas de un ataque de pánico no siempre son tan fáciles de identificar. Los síntomas de la ansiedad son fácilmente confundibles con otras patologías y por eso es importante conocer cuáles son.
La ansiedad es una respuesta normal de nuestro cuerpo ante una amenaza o situación de estrés psicológico. En situaciones donde la vida está en peligro, nuestro organismo desencadena una respuesta de lucha o huida, desatando cambios fisiológicos como el aumento del flujo sanguíneo en músculos y corazón.
Sin embargo, los ataques de pánico asociados con la ansiedad no siempre ocurren en contextos de peligro extremo. El estrés laboral, emocional, económico o social puede convertir la ansiedad en un trastorno más persistente, según explica el doctor Alberto López Díaz, jefe de psiquiatría comunitaria del Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez de México.
Estas situaciones que nos superan y que nos causan ansiedad muchas veces son difíciles de identificar. Ahí es donde debemos estar atentos a las señales de nuestro cuerpo y consultar a un médico en caso de duda o confusión con otras posibles dolencias. A continuación repasamos los síntomas físicos más comunes.
La ansiedad puede manifestarse de diversas formas en el cuerpo, y una de las áreas comunes afectadas es la garganta. El grupo Avannza Psicólogos, de Sevilla, destaca que algunos individuos experimentan un nudo en la garganta, acompañado de dificultad para tragar y molestias. Esta sensación puede generar un aumento en los niveles de ansiedad debido al miedo a la falta de una respiración fluida.
Otro síntoma relacionado es la sensación de flema, descrita como un globo faríngeo que puede hacer que la garganta se sienta parcialmente bloqueada, provocando una sensación de ahogo.
La garganta seca es otro síntoma físico frecuente de la ansiedad. Esta sensación, similar a la de hacer ejercicio intenso sin hidratación, puede ser aliviada manteniendo la boca y la garganta bien hidratadas. Los expertos sugieren que, además de cuidar la hidratación, buscar la ayuda de un psicólogo especializado en ansiedad puede ser beneficioso.
El estrés crónico o la ansiedad a largo plazo pueden generar dolores musculares y tensión muscular. El cuerpo, al producir citocinas de forma continua, experimenta un aumento de la inflamación y la rigidez muscular. Este exceso de citocinas contribuye a dolores musculares de diferentes niveles, especialmente en áreas como los hombros, el cuello, la espalda y las piernas.
Esta extrema rigidez también puede provocar dolores de cabeza y en el rostro, algo que a veces puede asustar y confundirse con otros problemas de salud. Ante la duda, insistimos, lo mejor es visitar a un especialista de la salud.
La sensación de quemazón en las piernas por ansiedad es otro síntoma habitual. Esta sensación, que puede presentarse como calor, punzadas, piquetazos o incluso un dolor agudo y punzante, está vinculada a problemas dermatológicos relacionados con el estrés.
Los episodios de tristeza, nerviosismo o depresión pueden desencadenar picazón o quemazón en la piel, conocida como dermatitis atópica, que generalmente son episodios puntuales y benignos.
Además de estos síntomas, existen signos menos comunes pero igualmente asociados a la ansiedad. Estos incluyen:
Además, los psicólogos de Sevilla señalan que las mujeres tienen el doble de posibilidades de sufrir depresión o un trastorno de ansiedad que los hombres. Esto se relaciona con las variaciones de los niveles de estrógenos durante el ciclo menstrual y la vida reproductiva de la mujer.