ENFERMEDAD CRÓNICA

¿Qué es la miastenia gravis? Si tienes debilidad muscular y fatiga puede que la padezcas

La miastenia grave o miastenia gravis (MG) es una enfermedad autoinmune crónica que afecta a los músculos del cuerpo humano. Los que la padecen sienten como, tras cada pequeño esfuerzo, sus músculos se debilitan, algo que les impide llevar una vida cien por cien activa.

Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), cada año se diagnostican 700 nuevos casos de miastenia en España, afectando a más de 15.000 personas en toda la península. Tras este peculiar nombre se esconde una de esas enfermedades en las que nuestro organismo se convierte en nuestro peor enemigo.

Como toda afección de salud grave, la miastenia cambia radicalmente la vida de aquellos que la padecen. Sus cuerpos se debilitan y experimentan una fragilidad física que les impide llevar a cabo las tareas cuotidianas como cualquier otra persona.

Miastenia gravis: Todo sobre esta enfermedad autoinmune

Los músculos son los tejidos que resultan más afectados en las personas que padecen miastenia grave. Se trata de una enfermedad que se caracteriza por un debilitamiento de los músculos del cuerpo humano, concretamente los voluntarios, aquellos que nosotros podemos controlar. Por ese motivo, con los esfuerzos que efectúan a diario, los tejidos suelen fatigarse con mayor rapidez.

A día de hoy, los expertos aún no han podido dar con la causa principal de su aparición, pero apuntan a que probablemente se trate de una enfermedad autoinmune, es decir, creada por nuestro sistema inmunitario. Los anticuerpos se dedican a destruir los receptores encargados de mantener las comunicaciones entre los nervios y los músculos, algo que provoca esa debilidad muscular.

La ciencia apunta a que se trata de una enfermedad poco frecuente, pero no entiende de edades. Aun así, la mayoría de los afectados suelen ser mujeres y normalmente, suele desarrollarse antes de los 40 años. También se puede detectar en niños, conocida como miastenia gravis congénita, aunque deben tener un trastorno genético hereditario.

Síntomas de la enfermedad

Aunque dependerá de la persona, se han encontrado patrones que se repiten entre los afectados, concretamente se han podido destacar aquellos grupos musculares que suelen resultar más perjudicados. Como primeros síntomas, la persona puede experimentar como los músculos de los ojos cambian, con caídas involuntarias de los párpados o incluso visión doble.

Otro de los primeros síntomas en las personas con miastenia se produce en los músculos de la cara y la garganta, pues cuando se debilitan, tanto el habla, como la acción de masticar y la deglución se complican.

A nivel más grave, los síntomas pueden llegar a afectar a los músculos de las extremidades, por lo que podemos tener dificultades para caminar o ser incapaces de sostener la cabeza con el cuello. También pueden llegar a tener implicaciones sobre los músculos del aparato respiratorio, provocando insuficiencia respiratoria y obligando al enfermo a ser hospitalizado.

¿La miastenia se puede curar?

Es por medio de la actividad física que aumentan las consecuencias de esta afección, aunque el paso de los años también la complica más. Con descanso, los afectados suelen recuperarse en parte. Desafortunadamente, aún no existe una cura para acabar con la miastenia gravis, por lo que se puede considerar una enfermedad crónica. A pesar de este diagnóstico, las afectaciones pueden llegar a reducirse considerablemente si se detecta de forma temprana.

Las personas que la sufren son sometidas a un tratamiento para fortalecer las estructuras musculares y reducir las consecuencias. También se suelen recetar ciertos medicamentos que inciden directamente en el sistema inmunitario.

En algunos casos, se opta por extirpar el timo -un pequeño órgano ubicado bajo el esternón con un papel destacado en el sistema inmunitario-, pues aunque aún no se ha constatado exactamente sus implicaciones en la miastenia, se cree que puede estar relacionado con el comportamiento incorrecto de los anticuerpos.