EVIDENCIA CIENTÍFICA
Si te has pasado bebiendo alcohol, es posible que al día siguiente te duela la cabeza y sientas cansancio y sueño. En este artículo te explicamos qué dice la ciencia sobre cómo paliar las consecuencias de la resaca mediante la alimentación.
La resaca de alcohol se define como la combinación de síntomas físicos y mentales negativos, que se pueden experimentar después de un solo episodio de consumo de alcohol, comenzando los síntomas cuando la concentración de alcohol en sangre es muy baja y alcanzando su punto máximo de gravedad cuando el nivel de alcohol en sangre llega a cero.
Los estados de resaca de alcohol pueden durar hasta 24 horas después de beber. El mecanismo de la resaca no se comprende completamente, aunque se han sugerido múltiples causas.
Síntomas de la resaca
Los síntomas de resaca experimentados con mayor frecuencia incluyen cansancio (95,5 %), aumento de la sed (89,1 %), somnolencia (87,7 %), dolor de cabeza (87,2 %), sequedad de boca (83 %) y náuseas (81%).
Existe una gran variación individual en la gravedad y la frecuencia de la resaca a la que se sabe que los factores genéticos contribuyen en aproximadamente un 40-45 %. Hay otros factores que pueden influir también en el metabolismo del alcohol como la edad, el sexo, la hora del día, el grupo étnico o el consumo de drogas.
Tratamientos para la resaca
Antes de nada, es importante aclarar que actualmente no existen tratamientos para la resaca cuya eficacia se haya demostrado en ensayos clínicos independientes doble ciego controlados con placebo.
El conocimiento cada vez mayor sobre la patología de la resaca de alcohol ha dado lugar a centrar el desarrollo del tratamiento en productos que tienen como objetivo reducir la respuesta inflamatoria al alcohol y/o mejorar el metabolismo del alcohol y se han estudiado varios productos herbales y no herbales.
Sin embargo, la mayoría de estos remedios brindan alivio sintomático solo para uno o algunos de los síntomas de la resaca.
Remedios naturales para la resaca
Se identificaron productos a base de hierbas y/o fórmulas potencialmente eficaces, como:
Según la evidencia disponible, todos estos productos reducen significativamente la gravedad de la resaca, especialmente el sistema nervioso central (cansancio), los síntomas gastrointestinales (náuseas/vómitos y dolor de estómago) y la deshidratación.
Sin embargo, ninguna de las intervenciones fue efectiva para aliviar todos los síntomas de la resaca. No obstante, otros productos como el extracto de alcachofa no mostraron efectos beneficiosos.
Nutrientes específicos para la resaca
La literatura científica indica que la ingesta de alimentos puede tener un efecto significativo sobre el metabolismo del alcohol, tanto cuantitativa como cualitativamente.
Por ejemplo, en relación con el ayuno, el consumo de alimentos antes o junto con el alcohol reduce la concentración máxima de alcohol en sangre, disminuye su absorción y ralentiza su metabolismo.
En particular, las comidas "altas en energía" pueden ralentizar su metabolismo y reducir la intoxicación subjetiva. Se sabe que dos nutrientes desempeñan un papel importante en el metabolismo del alcohol: el ácido nicotínico (vitamina B3 o niacina) y el zinc.
La ingesta dietética de estos micronutrientes es necesaria, ya que el cuerpo no puede sintetizarlos por sí mismo. Otros nutrientes no parecen tener una influencia directa importante sobre el metabolismo del alcohol.
Alimentos ricos en zinc
Los resultados indican que quienes consumen habitualmente alimentos ricos en zinc y vitamina B3 reportan resacas menos severas.
Ejemplos de alimentos ricos en zinc son los mariscos (sobre todo las ostras), las semillas (calabaza, sésamo, girasol, piñones…), los huevos, los anacardos, las carnes y las legumbres como los altramuces, las lentejas, garbanzos o alubias.
Los ejemplos de alimentos ricos en ácido nicotínico son los lácteos, los huevos, el pescado y las aves, el aguacate, los cacahuetes, los cereales integrales y los champiñones.
No se encontraron efectos significativos con la ingesta de azúcares como la fructosa y la glucosa sobre el metabolismo del alcohol o la gravedad de la resaca.
Dicho todo esto, la mejor recomendación es no beber, o beber lo mínimo, y estas recomendaciones no están pensadas en ningún caso para conducir a un aumento en el consumo de alcohol ni para normalizar o banalizar su consumo.