DÍA MUNDIAL
Hoy, Día Mundial para la Prevención de los Ahogamientos, repasamos los principales peligros que existen tanto en la playa como en la piscina y te contamos cómo actuar si presencias un ahogamiento.
Hace tres años, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 25 de julio como el Día Mundial para la Prevención de los Ahogamientos, una fecha destinada a visibilizar la gravedad de un tipo de accidente que se lleva más de 400 vidas en España cada año. Según la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo, en 2023 se registraron 422 muertes por ahogamiento, lo que representa un incremento del 8 % respecto a 2022. En mayo de 2024, las cifras ya superaban los 100 fallecidos por esta misma causa.
Estos números son un reflejo de la falta de conciencia social sobre los peligros de bañarse sin supervisión, independientemente de la edad o del nivel de habilidad en natación. El riesgo siempre está presente, sin importar el perfil de la víctima.
Como hemos mencionado, es esencial que tomes precauciones al bañarte y nunca lo hagas sin supervisión, ya sea la de socorristas en piscinas o playas, o, en el caso de los niños, la de los padres, incluso si ya saben nadar. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), la mayoría de los ahogamientos ocurren en áreas sin vigilancia, y las principales causas son las siguientes:
Si vas a ir a la playa este verano, deberás tener cuidado con las corrientes de resaca, las grandes enemigas de los nadadores expertos. Son corrientes fuertes que pueden arrastrarte mar adentro aunque opongas resistencia.
Tal y como explica la OCU, para identificarlas fíjate en el color del agua, ya que las corrientes de resaca suelen arrastrar arena y algas, y tienen un color distinto; parecen brechas oscuras que se mueven hacia mar adentro. Por otro lado, busca espuma en los bordes de la corriente para confirmar que se trata de un peligro.
Si aun así se te lleva una de estas corrientes, intenta tocar el fondo y camina de regreso a la orilla. Si no puedes, nada paralelo a la orilla para salir de la corriente. Pero, sobre todo, lo más importante es que mantengas la calma. En momento de agobio, flota si es necesario, ya que las corrientes de resaca no te arrastran indefinidamente. Y si necesitas ayuda, grita y agita los brazos para que alguien acuda a tu rescate.
No siempre es fácil identificar un ahogamiento, no obstante, la OCU asegura que se puede comprobar si está ocurriendo de verdad si vemos a la persona pedaleando verticalmente y levantando la barbilla para mantener la boca fuera del agua. Si este verano divisas en el agua a alguien haciendo estos movimientos, según el grupo de socorrismo de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), debes actuar de la siguiente manera:
¿Y en la piscina? Allí es donde debemos tener mucho cuidado con los niños. A pesar de estar más seguros porque no hay corrientes, basta con 30 segundos para que un menor que no sabe nadar comience a ahogarse y de 3 a 5 minutos para que quede con graves secuelas o fallezca.
Por eso, los socorristas recomiendan que los adultos que vigilen a los niños no lo hagan desde el borde de la piscina, sino que se metan con ellos en el agua. Además, proponen que los niños aprendan a nadar cuanto antes, a partir del primer año de vida, y que lo hagan con ayudas para la flotación como los chalecos, los manguitos o las burbujas.