Durante toda la vida, nuestros hijos se enfrentarán a diversas situaciones que pueden ser incómodas para ellos. A veces incluso no son fáciles de manejar para nosotros como adultos. Sin embargo, nuestras reacciones ante ellas como padres, marcarán la pauta para que transformemos esa dificultad en aprender habilidades importantes para la vida.
Un ejemplo muy común en los primeros años de vida de nuestros pequeños es cuando vamos al parque y hay otros niños jugando cerca y a nuestro peque le quitan los juguetes de las manos.
Esta situación puede ser algo difícil de resolver también para nosotros como personas maduras: por una parte sabemos que no debemos reaccionar quitándole los juguetes al otro niño, pero por otra, tampoco nos gusta ver cómo nuestro hijo sufre, puesto que eligió esos juguetes para disfrutar de una tarde de juego.
Cómo reaccionar cuando nuestros hijos tienen conflictos
Algunos pasos que nos guiarán en esta situación para resolverla de forma positiva son los siguientes:
- Mantener la calma: Es muy importante que, en ese momento, como adultos no nos dejemos llevar por la frustración o ira del momento. Si reaccionamos de manera agresiva o impulsiva estaremos mandando el mensaje equivocado a nuestro hijo, y por lo tanto se desencadenará más tensión en la situación.
- Escuchar a nuestro hijo: Es importante que escuchemos lo que tiene que decirnos, si está llorando podremos animarlo a tranquilizarse, haciéndole saber que si se calma será más sencillo que podamos entender todo lo que quiere compartirnos. Una vez que lo hayamos logrado y nos comunique lo que está sintiendo, vamos a asegurarnos de que se siente escuchado y comprendido y para esta acción deberíamos ponernos a su altura.
- Buscar una solución juntos: Desde que son pequeños, es ideal que los invitemos a ser parte de la solución, por lo que, invitarlos a encontrar una solución positiva es clave. Pregúntale qué le gustaría hacer. Aunque no siempre realicemos lo que se le ocurre, estaremos sumando en que desarrolle la habilidad de resolución de problemas. Al final, intentemos llegar a un acuerdo que sea justo para todos los involucrados. Por ejemplo: "¿Te parece bien si le dejas tu carrito 5 minutos, y cuando suene la alarma, tu amiguito te lo devolverá?". Es recomendable que nuestro pequeño se sume a la acción, poniendo incluso junto contigo el cronómetro en el móvil, y siendo él quien presione el botón de inicio.
- Fomentar la empatía: Enseñar a nuestro hijo a ser empático con los demás es clave. Podemos aprovechar esta situación para enseñarle una valiosa lección sobre el respeto y la consideración hacia los demás. Aunque lo veamos pequeño, podemos ir ayudándole a lograr breves reflexiones. Un buen momento suele ser de camino a casa, cuando pueda prestarnos toda su atención y podamos verbalizar lo que ha pasado en el parque.
- Alentar a compartir: Fomentar en nuestros hijos la generosidad y la voluntad para compartir con los demás es algo que cuesta esfuerzo y no siempre se da de manera sencilla, recordemos que la empatía se va desarrollando a lo largo de los años. Le podemos dar breves explicaciones para que entienda que compartir puede ser una acción divertida y enriquecedora, que además le ayudará a hacer amigos y amigas en el parque.
- Celebrar las victorias: Cuando nuestro pequeño logre encontrar una solución positiva y respetuosa, celebremos ese éxito. Reconócelo para animarle a seguir trabajando en su habilidad para resolver conflictos de manera positiva.
En resumen, al compartir con ellos estos breves puntos, estaremos ayudándoles a desarrollar habilidades importantes que les servirán durante toda la vida.