TENDENCIA SORPRENDENTE
Aunque se trata de un término acuñado hace más de 14 años, en los últimos meses el fridgescaping está ganando adeptas. Algunas personas dicen que decorar la nevera les ayuda a ahorrar en la compra. Todos los detalles, en este artículo.
Decorar el interior de la nevera con jarrones, flores, marcos de foto y otros objetos es tendencia en muchos hogares. Se llama fridgescaping y, aunque parezca una broma, no lo es. Es una tendencia en alza que cada día gana seguidoras, a juzgar por las redes sociales.
Navegando sin rumbo en TikTok e Instagram encontramos contenido de todo tipo y mientras hacemos scroll, se nos llena el algoritmo de ideas de regalos, recetas saludables y tendencias de decoración.
Es una de las últimas tendencias en decoración que se basa en llenar el interior de la nevera y el frigorífico de objetos visualmente agradables, bonitos o atractivos. El uso de estos objetos puede ser meramente decorativo o también funcional.
Es decir, el fridgescaping también promueve sustituir esos anti-estéticos túper por recipientes de cerámica o botes bonitos (un jarrón serviría) para guardar desde los macarrones hasta la sopa. Todo vale sí es bello a la vista y decora.
El fridgescaping tiene, además, otra característica imprescindible, que justifica su existencia: cada cosa debe tener su lugar. En este caso, no todo vale. Cada bote, objeto y producto debe guardarse en su sitio, para facilitar la búsqueda dentro de la nevera.
Ya sabemos que en decoración hay poco margen a la improvisación, todo tiene un por qué y una justificación. En este caso, también: en las neveras que siguen el fridgescaping cada cosa debe estar en armonía con el global, todo combina vaya.
A nadie se le escapa a estas alturas que esta tendencia no está exenta de polémica. De polémicas, perdón, en plural. Una de ellas habla de la dudosa seguridad alimentaria en la que se ven envueltos los alimentos.
De hecho, aunque la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN) no se ha pronunciado concretamente sobre esta tendencia, sí que tiene públicos los criterios y recomendaciones de uso del frigorórífico. Concretamente indica: "no se debe sobrecargar la nevera" algo que ya choca con la tendencia rococó del fridgescaping donde al abrir el frigorífico nos lo encontramos lleno, repleto de cosas, todas bonitas eso sí, no nos olvidemos.
Una de las primeras referencias que encontramos en internet sobre esta palabra se remonta al 2010. Kathy Perdue, una decoradora con más de 30 años de experiencia publicó en su blog un artículo sobre este tema.
En su post, Perdue hablaba de sustituir los envases menos estéticos por otros más bonitos. También recomendaba colocar mejor el interior de la nevera para evitar el desperdicio, argumentando que, si algo es más bonito, se le dará más uso. Y, por lo tanto, se desperdiciará menos comida, lo que hace deducir que favorecerá el ahorro.
Pero de ahí a poner marcos de fotos, jarrones con flores o guirnaldas en la nevera hay un trecho. Porque lo que encontramos hoy en día bajo el hashtag #fridgescaping dista bastante de lo que publicó hace 14 años esta decoradora en su blog Good Life For Design.