SALUD
Hay veces que el cerebro se coge un descanso y como consecuencia disociamos, pero ¿qué significa esto?
A todo el mundo le ha pasado alguna vez que se ha quedado mirando un punto fijo durante un rato largo con la mente en blanco. Muchas veces esto se puede deber a que se está pensando en algo en concreto y se pierde la concentración de todo lo demás, pero otras veces puede ser una desconexión completa de la realidad. A esto se le conoce como disociar, y puede ser algo sin demasiada importancia, o puede ser un síntoma de algo más grave.
Estas situaciones de desconexión se pueden dar como una respuesta del cerebro a situaciones concretas en las que uno se ve desbordado, poniéndose en reposo. Otra opción puede ser que se esté absorbiendo una cantidad de información que agobie tanto, que cueste procesarla y provoque estrés y ansiedad. Puede ser algo frecuente en personas que tengan por costumbre dormir poco, ya que en esos momentos de disociación el cerebro descansa. El cuerpo es sabio, y cuando se ve en la necesidad de pedir un descanso, pone el piloto automático de forma subconsciente.
El hecho de disociar como tal no tiene por qué implicar nada bueno o malo, pero en el caso de que se use como un mecanismo de evasión de forma habitual, para evitar participar en conversaciones o momentos incómodos, entonces sí se puede tratar de algo más preocupante. Hay varias formas de tratar de evitar disociar; suele funcionar dar un estímulo fuerte a los sentidos que permita al cuerpo despertar de ese trance y volver al momento en cuestión, como puede ser comerse un chicle de menta fuerte o realizar ejercicios de respiración que ayuden a concentrarse de forma activa, contando los segundos entre cada inspiración y expiración