ESPECIALMENTE EN JÓVENES
Las redes sociales pueden ser un gran problema si no se realiza un correcto uso de ellas. De hecho, en la actualidad ya son la causa de algunos trastornos que los expertos ya advierten que afecta principalmente a adolescentes. Pero, ¿qué es la dismorfia del selfie?
El mundo digital nos ha abierto un gran abanico de posibilidades en diferentes aspectos y contextos. Nos permite relacionarnos a distancia, sociabilizar, trabajar desde casa o facilitarnos algunas tareas y responsabilidades. Sin embargo, las redes sociales no son un espacio idílico, lejos de peligros y apto para todos los públicos. De hecho, son muchos los expertos que en los últimos años han advertido sobre un nuevo fenómeno a causa de estas aplicaciones móviles.
Seguramente alguna vez te has hecho alguna fotografía con la intención de publicarla en tu perfil de Instagram, pero algo en la imagen no te convence. Entonces, abres la aplicación, te diriges a la cámara y utilizas esas funciones de dicha app para retocar las fotografías: los conocidos y populares filtros de Instagram. Una situación muy normalizada en los últimos años que ya comienza a ser un problema, principalmente para los más jóvenes.
Dismorfia del selfie recibe de nombre este problema que afecta, en su mayoría, a adolescentes con problemas de autoestima. ¿Su origen? El auge de plataformas como TikTok o Instagram y la continúa obsesión de compararnos que producen estos espacios digitales. Sin embargo, ¿qué es la dismorfia del selfie?
La dismorfia del selfie se incluye dentro de los trastornos dismórficos corporales (TDC) y consiste en la obsesión por compararse con imágenes retocadas o distorsionadas por los filtros de las redes sociales. Es decir, estas fotografías retocadas nos muestran un ideal que no es perfecto y mucho menos real, pero abre una nueva ventana. En este caso, no nos comparamos con modelos, actrices o elevados estándares de belleza, lo hacemos con nosotros mismos.
A los adolescentes es a quienes más les afecta. Se encuentran en una etapa que buscan aceptación y grupos de personas similares a ellos para encontrar su lugar. Sin embargo, si los referentes que encuentran no son reales, esto puede resultar un problema debido a que se comparan con algo que no es real y sus exigencias terminarán viéndose aumentadas a niveles exagerados. De hecho, cada vez hay más gente acudiente a las consultas de los cirujanos plásticos a causa de estas comparaciones obsesivas.
Pero al llegar a la clínica, comprobamos que las preocupaciones para mujeres y hombres son distintas. En el caso femenino, ellas ponen más atención en aquellas áreas como la nariz, los muslos, las caderas y el cuidado de la piel. Por su parte, ellos se interesan más por el cuero cabelludo y su pérdida, los músculos y la zona de los genitales.
No obstante, antes de llegar a estas situaciones, debemos prestar atención a los síntomas más comunes para saber identificar el TDC y poder reaccionar a tiempo. Estos son algunos de los más habituales: