CONDICIÓN FACIAL
Tras este peculiar nombre se esconde una condición dermatológica que, a pesar de no ser peligrosa, puede afectar nuestra autoestima al ser visible en el rostro. Te contamos todos los detalles sobre la cuperosis, qué la causa y cómo se puede tratar.
El cuidado de la piel es una prioridad para muchas mujeres, especialmente cuando se trata de afecciones que pueden afectar nuestra apariencia y confianza. Una de estas condiciones es la cuperosis, la causante de la aparición de pequeñas rojeces en el rostro. Y no, no hablamos del rubor que aparece ante situaciones vergonzosas.
Aunque no es problemática, la cuperosis puede ser estéticamente molesta y afectar nuestra autoestima. Entender sus implicaciones, sus causas y cómo tratarla es esencial para mantener una piel sana y radiante.
La cuperosis es una afección cutánea caracterizada por la dilatación de pequeños vasos sanguíneos, conocidos como capilares, que se encuentran cerca de la superficie de la piel. Esta dilatación provoca enrojecimiento, particularmente en áreas como las mejillas, la nariz y la barbilla y tiende a aparecer en la cara de aquellas personas de piel clara y sensible.
En algunos casos, estas venas dilatadas se vuelven visibles, formando las llamadas arañas vasculares. No, no solo aparecen en las piernas, también pueden aparecer en el rostro. En algunas ocasiones, la cuperosis puede ser especialmente molesta al dar sensación de ardor.
Son varios los factores que pueden desencadenar la aparición de esta condición cutánea. A nivel genético, debes saber que se trata de algo con posibilidad de ser heredado, por lo que si otros miembros de tu familia la tienen, es probable que tú también la desarrolles.
Los cambios hormonales también pueden derivar en cuperosis, especialmente durante el embarazo, la menopausia o con el consumo de determinados anticonceptivos. Así mismo, esta dilatación de los capilares sanguíneos también puede venir desencadenada por el consumo elevado de alcohol, alimentos picantes y bebidas calientes.
Las situaciones estresantes o emociones fuertes pueden aumentar nuestro flujo sanguíneo y, por ende, hacer más visibles estos capilares. Por último, es importante tener en cuenta el clima, pues las temperaturas extremas, tanto el calor como el frío, también dilatan los capilares y favorecen su aparición.
Sea con mayor o menor efecto, existen tratamientos que permiten controlarla y reducirla. Tras visitar al dermatólogo y obtener un diagnóstico profesional, sabrás cómo proceder según tu situación, aunque estas son algunas de las soluciones más comunes:
Cuidado de la piel
Utiliza productos específicos para piel sensible, como cremas y limpiadores que contengan ingredientes calmantes como aloe vera, camomila y extracto de regaliz. Evita aquellos agresivos, como los que contienen alcohol, fragancias fuertes y los exfoliantes.
Tratamientos médicos
La terapia con láser es una opción popular para tratar la cuperosis. Los láseres de luz pulsada intensa (IPL) y los láseres vasculares pueden reducir eficazmente el enrojecimiento y las venas visibles.
Protección solar, suplementos y tratamientos naturales
Usa siempre protector solar de amplio espectro con un SPF, ya que la exposición solar puede empeorar considerablemente la afección. En algunas ocasiones, pueden ser beneficiosos los suplementos como la vitamina C y la vitamina K al fortalecer los vasos sanguíneos y reducir el enrojecimiento. Consulta siempre con un profesional de la salud antes de comenzar cualquier suplementación.