MENSTRUACIÓN CONTROLADA

¿Se puede controlar la regla? En qué consiste la técnica del free bleeding o sangrado libre

La técnica lleva años existiendo y para muchas mujeres es una forma de luchar por la visibilización de la regla y por la pobreza menstrual que se sufre mundialmente. Practicarla requiere una fuerte conexión y escucha corporal.

"¿He manchado?". Todas hemos recurrido alguna vez a una amiga para que verifique si nuestros pantalones siguen impolutos cuando tenemos la regla. La menstruación sigue siendo un tabú en muchos puntos del planeta, tanto que aún no se le ha dado la presencia que requiere, pues ha sido en 2023 cuando se ha testado por primera vez la eficacia de los productos de higiene íntima con sangre menstrual real.

En un mundo donde este proceso natural es un estigma social, surge una técnica que desafía las normas establecidas y busca liberar a las mujeres de la necesidad de usar productos menstruales convencionales: el free bleeding o sangrado libre. Aunque puede sonar controvertido, esta práctica tiene profundas implicaciones en la relación que las mujeres tienen con sus cuerpos y en la lucha por normalizar un aspecto natural de su vida.

Cómo practicar la menstruación libre

La técnica del free bleeding o sangrado libre implica no utilizar ningún producto de higiene íntima para recoger el flujo, permitiendo que la sangre y los tejidos fluyan sin restricciones, una práctica que, aunque quizás no sea muy conocida, se ha llevado a cabo durante siglos.

No usar compresas, copas menstruales o tampones es una decisión personal que requiere de un gran conocimiento propio. Para practicar el sangrado libre, se necesita tener una gran conexión con el cuerpo, saber escuchar sus demandas en todo momento, para saber exactamente cómo retener el flujo y cuándo nos pide evacuarlo.

Aun así, adentrarse en esta técnica no es sencillo, ya que en lo primero que pensamos es en su imposibilidad de controlarla si llevamos toda la vida sin hacerlo, especialmente aquellas mujeres que tienen un flujo abundante. Debes tener en cuenta que el flujo menstrual es intermitente, por lo que sí sería factible ejercer un control. Lo primero es saber cuándo tendremos el periodo, qué tipo de flujo tenemos y cuántos días nos va a durar.

Se necesita paciencia, autoconocimiento, relajación y escucha. Es imprescindible aprender la técnica sin tener prisa, porque lo fundamental es entender cómo nos comunica nuestro cuerpo el momento de la evacuación. Cada persona es un mundo: puede que sientas como corre la sangre, que notes una pequeña contracción o incluso un hormigueo en la zona. Otro aspecto que puede ayudarte a controlar la regla es mediante la ejercitación del suelo pélvico.

Ventajas y desventajas: ¿Es una técnica higiénica?

Como todo en este mundo, la menstruación libre cuenta con disparidad de opiniones. Optar por controlarla de forma natural nos librará de invertir dinero en productos menstruales, suponiendo un importante ahorro económico mensual, además de reducir nuestra huella ecológica, pues la mayoría de productos contienen plástico y otros materiales que tardan años en descomponerse.

Esta elección también puede percibirse como una forma de luchar por normalizar un aspecto que, por desgracia, aún es tabú en muchas sociedades y sigue creando estigmas alrededor de las mujeres. Y otra de las ventajas -quizás la más importante- es que supone una conexión única con el cuerpo, hecho que nos permite mejorar nuestra relación con él.

Sin embargo, es importante mencionar que el free bleeding también presenta desventajas, pues es normal que al principio -o incluso cuando ya se conoce la técnica- se pueda manchar la ropa interior, lo que forzará cambiarla con mayor frecuencia. Por ello, se recomienda usar bragas menstruales o compresas de tela para evitarlo. Además, deberás tener en cuenta la necesidad de tener un baño cerca para poder mantener una higiene adecuada y evacuar el flujo siempre que necesites.

Una forma de expresión

Si no habías oído hablar nunca de esta técnica, debes saber que se trata de un movimiento feminista que cuenta con mucha historia. De hecho, se apunta a que es una práctica que existe desde hace siglos. Aun así, el sangrado libre moderno se habría popularizado en los años 70 en Estados Unidos como forma de activismo menstrual, para visibilizar y normalizar este proceso natural.

Lo vimos hace relativamente poco en la maratón de Londres de 2015, cuando la atleta Kira Gandhi decidió correr sin usar productos menstruales, luciendo el sangrado en sus mallas. Tras la carrera, confesó que lo habría hecho como reivindicación por sus hermanas, pues no tenían acceso a tampones. Así pues, más allá del empoderamiento femenino, es también una forma de activismo menstrual para desvincular a la mujer de la obligación de usar estos productos y para poner el foco en la pobreza menstrual.

Según el Periódico de España, dos de cada diez españolas sufre pobreza menstrual, mientras que el Banco Mundial establece que, en el mundo, cerca de 500 millones de mujeres no tienen un acceso digno a productos e instalaciones para llevar a cabo una correcta higiene menstrual.