PRÁCTICA SEXUAL

¿En qué consiste el bondage? La guía para comprender en qué consiste esta práctica

A pesar de ser un término bastante común, pocos llegan a saber algo más de este que el hecho de que se trata de una práctica sexual.

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El tema de la sexualidad, en muchas ocasiones, se puede convertir en un tema tabú, sobre todo porque sentimos que, al expresar nuestros deseos, puede llevarnos a un malentendido. Podemos estar plenamente satisfechos con nuestras relaciones y, sin embargo, desear añadir juegos con nuestra pareja para maximizar el placer o salir de la monotonía. Si bien la industria de los juguetes sexuales parece tener un amplio abanico de opciones para llevar estos juegos a un nuevo nivel, hay quienes optan por otras técnicas.

Querer probar cosas nuevas con nuestra pareja sentimental o un compañero puede ser una buena forma de escapar de la monotonía y, para ello, se presentan los juegos sexuales. Estos han ido extendiendo su popularidad con el paso de los años, sobre todo a raíz del éxito de algunas sagas literarias e, incluso, películas. Partiendo de este punto, se presentó un término que resultó curioso para muchos, el bondage.

Es posible que hayas leído en alguna ocasión este término, ya sea en internet o incluso en las películas. Y a pesar de que sabes que se trata de una práctica sexual, no llegues a comprender exactamente qué puede ofrecer o a qué hace referencia exactamente. Por ello, partamos del punto inicial.

¿Qué es el bondage?

El bondage es una palabra de origen francés que significa “esclavitud”. Sin embargo, en la sexualidad se utiliza para definir a esa práctica sexual en la que se utilizan ataduras, totales o parciales, en la otra persona. En esta no solo se emplean cuerdas, sino también lazos, corbatas, esposas o cualquier objeto que sirva con el objetivo de inmovilizar físicamente a la otra persona.

Juego sexual | Envato

El acto de atar a la otra persona provoca que haya la falsa creencia de su comparación con el sadomasoquismo o, incluso, relacionar ambas prácticas como algo único. Sin embargo, es importante recalcar que existe una diferencia entre ambas prácticas y esta es la presencia de dolor. Mientras que en el sadomasoquismo se busca el dolor como fuente de placer, el bondage es ajeno a esto. En esta práctica se disfruta del placer de la dominación y entrega de la otra persona, siendo importante la existencia de la confianza y el respeto y que, por supuesto, sea consentido.

¿Es una práctica reciente?

Pese a que el nombre de bondage se ha extendido en los últimos años, la realidad es que se trata de una práctica que viene de muy atrás. De hecho, es considerada una práctica milenaria. Esto se debe a que existen referencias de su existencia en Japón hace milenios, a pesar de que no era una práctica destinada a todo el mundo. Según se cita, se trata de una técnica reservada únicamente para las clases sociales más altas.

Lo que se mantiene tanto desde su existencia como en la actualidad es que se trata de una práctica que requiere de confianza. El placer no puede ser para una de las partes, sino para ambos, partiendo de la necesidad de cumplir las fantasías del otro, sin espacio para la vergüenza ya que, en todo momento, debe existir una comunicación, una posibilidad de transmitir los deseos y marcar unas pautas para saber dónde se encuentran los límites.

Sentir placer por la práctica del bondage viene acompañado de muchos factores, entre ellos se encuentra la adrenalina provocada por la situación. Sin embargo, para que esta sea una buena práctica, siempre deben marcarse unas pautas seguras, hablar de los límites y, por supuesto, confiar en la persona que realizará las ataduras. En general, se trata de una práctica sexual inocente y segura para todos, siempre y cuando se hayan aclarado las condiciones adecuadas para cumplir las reglas de oro y, de este modo, garantizar el placer para la pareja.

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