TRATAMIENTOS ESTÉTICOS
La presión estética también llega a querer tener unos dientes perfectos y tan excesivamente blancos que puede resultar perjudicial para el paciente. Así explica el Dr. Fernando Soria qué es la blancorexia y cuáles pueden ser sus contraindicaciones.
La presión estética es un fenómeno social que puede afectar a personas de todas las edades, géneros y orígenes en cualquier momento, ya que está presente en muchos aspectos de nuestra vida cotidiana y promovidas desde los medios de comunicación y, en los últimos años, sobre todo desde las redes sociales.
Los cuerpos esbeltos, las pieles sin imperfecciones, los cabellos perfectamente arreglados y los rasgos faciales simétricos que podemos ver en la publicidad y en los posts de Instagram son poco realistas y no representan al conjunto de la sociedad. Esta presión se traslada también a la apariencia dental y cada vez más personas sienten la necesidad de tener unos dientes blancos, rectos y simétricos. Como consecuencia de esto, ha habido un aumento de la demanda de tratamientos dentales cosméticos, como el blanqueamiento dental, las carillas de porcelana y la ortodoncia.
Pero buscar la sonrisa perfecta puede comportar algunos problemas, como por ejemplo la blancorexia. Así lo cuenta el Dr. Fernando Soria, odontólogo especialista en odontología reconstructiva y estética de la Clínica Fernando Soria, de Madrid.
Es la obsesión por querer tener los dientes muy blancos. Las personas que la sufren "poseen una percepción irreal y subjetiva de la coloración real de sus dientes, tienen expectativas poco realistas sobre la tonalidad que pueden alcanzar con los tratamientos de blanqueamiento dental, y no quedan satisfechas con los resultados del mismo", explica el doctor.
Esa fijación por los dientes blancos hace que esas personas se sometan a tratamientos "invasivos y agresivos" que les pueden perjudicar la dentadura.
El Dr. Soria afirma que desde la clínica dental se puede detectar a alguien que sufre blancorexia porque pide de manera reiterada someterse a un tratamiento de blanqueamiento dental.
Como posibles causas, el experto afirma que, al tratarse de un trastorno psicológico, puede deberse a factores internos, como "esa percepción personal subjetiva sobre el color poco blanco de sus dientes", y a factores externos relacionados con la publicidad, las redes sociales, los productos milagro y el deseo de imitar a los famosos. Además, añade otro factor externo: "la inmediatez con la que accedemos a nuestras fotos a través de nuestros dispositivos móviles, donde ampliamos nuestro rostro y observamos de manera magnificada nuestra sonrisa dándonos la sensación de que nuestros dientes son amarillos".
El doctor matiza que más que blanqueamiento dental, para él es mejor utilizar el término aclaramiento dental, ya que el tratamiento aclara los dientes, no los blanquea.
Dicho esto, en el proceso se aplica un gel con peróxido de hidrógeno "que en una concentración del 15-30% oxigena el diente produciendo su blanqueamiento". El Dr. Soria explica que hay dos tipos de tratamiento: el blanqueamiento profesional (lo realiza únicamente el dentista) y el blanqueamiento mixto (una mezcla entre el tratamiento en consulta y unas sesiones diarias en las que el paciente en su casa utiliza unas cubetas especiales).
Sobre si todos podemos someternos a un blanqueamiento dental, el profesional afirma que depende de cada caso. Lo desaconseja para embarazadas y mujeres en período de lactancia, para personas con "caries no tratadas, pérdida grave o fisuras en el esmalte dental" y para aquellas que lleven ortodoncia.
Asimismo, alerta que unas posibles contraindicaciones son la sensibilidad dental (que dependiendo de la persona será más o menos intenso) y el daño en el esmalte.