PREVENCIÓN
Durante el embarazo, la mujer debe extremar las precauciones respecto a los productos de cuidado personal. Descubre qué antimosquitos son válidos en mujeres embarazadas y cuáles es importante evitar.
El embarazo es una situación fisiológica que ocurre en la mujer y se trata de un periodo especial en el que hay que tener mucho cuidado con determinadas comidas, la relación con los animales, ciertos productos químicos (como los antimosquitos) y los viajes, sobre todo a países tropicales por el virus Zika transmitido por la picadura de un mosquito.
Existen muchos tipos de repelentes, no todos son iguales ni tienen la misma composición. Los que se pueden usar durante el embarazo son:
Se suelen comercializar en diferentes formas: pulseras, formato aerosol, parches que se pueden adherir a la ropa (o al carrito del bebé, por ejemplo), no se debe aplicar sobre la piel.
Es el preferido para viajar a zonas tropicales, donde hay más insectos por las altas temperaturas y la humedad. Este repelente no se debe usar en niños, ni embarazadas ni en periodo de lactancia. No obstante, si hay riesgo de transmisión del virus Zika sí se aconseja en dosis controladas.
Los antimosquitos en general son seguros de usar durante el embarazo, pero es importante leer las instrucciones del producto y consultar con un profesionales médicos antes de usar cualquier tipo de repelente de insectos.
Algunos principios activos, como el DEET, son considerados seguros en dosis moderadas, pero es recomendable evitar aplicarlos en grandes cantidades y con frecuencia. Se recomienda siempre tomar precauciones adicionales, como usar ropa protectora y de color claro y resguardarse en espacios cerrados durante las horas de mayor actividad de los mosquitos.
Más allá de los repelentes de mosquitos que pueden usarse durante el embarazo, se deben aplicar otras medidas de prevención:
Es un virus transmitido principalmente por la picadura de mosquitos género Aedes infectados. El riesgo que tiene en el embarazo es que puede haber transmisión fetal de madre a hijo, también a través de relaciones sexuales sin protección. Ello conlleva una serie de riesgos para el bebé: