LACTANCIA MATERNA
Las grietas son uno de los motivos más comunes de abandono de la lactancia en las primeras semanas. Te cuento por qué ocurren y cómo hay que tratarlas si aparecen para que se pueda seguir dando el pecho con garantías.
Cuando una mujer da a luz, uno de los problemas más comunes que puede aparecer durante la lactancia, son las grietas, que son heridas en los pezones, más o menos profundas, producidas por un mal agarre durante la succión del bebé. Estas grietas pueden llegar a ser muy dolorosas, sangrar e incluso infectarse, y a veces llevan a la mujer a abandonar la lactancia.
Tenemos normalizada la situación de que la mujer que da el pecho tenga grietas y tenga que pasar dolor… pero esto no debería ser así.
Como hemos dicho, las grietas se producen por un mal agarre o por una dificultad en la capacidad de succión del bebé, producida por un frenillo o por alguna alteración en su paladar. Por lo tanto, el primer paso para solucionarlas es abordar la causa. Si no, por mucho que la herida cure volverá a aparecer, ya que el mecanismo que las produce continuará estando presente.
Para esto, es muy importante que, si la mujer se encuentra ante una dificultad en su lactancia materna, pida ayuda a una matrona especializada en lactancia.
Hay infinidad de recomendaciones para curar las grietas, pero ¿son efectivas?
Antes de nada, tenemos que tener siempre muy presente que la grieta es una herida, y las heridas necesitan mantenerse limpias y secas para poder curarse. Por lo tanto, lo primero sería lavar las grietas con agua y jabón neutro, y secar bien. Mantener el pecho al aire todo el tiempo posible va a ayudar a que la grieta no se mantenga húmeda, y facilitará la cicatrización.
Hay que tener cuidado con lo que se escucha y sobre las creencias populars. Repasamos algunas de las técnicas más usadas:
Seguro que después de esto os estáis preguntando si preparar el pecho durante el embarazo, con el objetivo de prevenir las grietas, sirve de algo. Siento deciros que no. No sólo resta a la mujer confianza en su cuerpo, sino que no va a tener ninguna repercusión en la aparición posterior de grietas. Lo que si puede servir para prevenir es que la mujer realice una buena formación en lactancia materna durante su embarazo y que acude a grupos de apoyo a la lactancia donde pueda observar a otras mujeres amamantar, para familiarizarse con la postura, el agarre o cómo coger al bebé.