No hay una sola forma de vivir una relación
¿Se puede ser feminista y querer una amor romántico? No hay una sola forma de vivir el amor o estar en una relación siendo o considerándote feminista. Aunque no vamos a negar lo complicado que es hoy día compaginar la idea que tenemos de las relaciones con los movimientos más radicales.
Desde el feminismo y la Sexología, no paramos de intentar romper muchos mitos y timos del amor romántico que más que ayudar a la pareja, la intoxican y la destruyen. Ideas como que los celos son amor, como que pertenecer a alguien es una idea bonita o que sin nuestra media naranja somos seres incompletos. Ideas que se pueden convertir en peligrosas sin una educación sexual previa que las rompa, explique de dónde vienen y acabe con la búsqueda del tan ansiado príncipe azul que responde a todos los estándares patriarcales que todavía hoy tenemos.
Estamos viviendo una época de reivindicación y cambio en las mentalidades de muchas mujeres, y eso es gracias a todas aquellas que desde la educación, la Sexología y el feminismo intentan enseñar a pensar y sentir el amor de formas diferentes. Hasta aquí, bien, pero ¿no creéis que se está llegando a un punto en el que parece que si quieres mantener o mantienes una relación más convencional no se te considera feminista?
Parece que ahora lo correcto y más aplaudido dentro del feminismo es reivindicar solo de una manera concreta. Lo triste es que a través de las redes se vende el hecho de ser lesbiana para ganar seguidores, para promocionar un personaje, pero nuestra orientación, nuestras decisiones, la manera en la que amamos, estamos en el mundo, vivimos y defendemos el feminismo no nos hace más feministas. No depende de a quién amamos o de cómo le amamos.
La gente que desea a personas de su mismo sexo no lo hacen por un movimiento, lo hacen porque les sale de las tripas, porque lo sienten y lo desean así. Por ejemplo. Si nos aprovechamos de esto, si lo utilizamos para vender algo en lo que no creemos o no somos, destruimos su poder: el poder de decidir ser y amar de la forma que nos dé la gana.
De hecho, intentando evitar las contradicciones que presenta la idea de lo que se considera que es una mujer feminista, muchas se lanzan a romper lo convencional sumergiendo sus propias relaciones en el poliamor o en relaciones liberales o abiertas. A veces, incluso solo por moda, arrastrando su relación a una gestión difícil y que si no se habla muy bien previamente, se mantiene un grado muy alto de confianza, respeto, cuidado y gestión en la pareja, más que mejorarla, la empeoran, llevándola a la muerte.
Hay mujeres que a través de sus redes sociales muestran este estilo de vida o se dedican a difundir este estilo de vida y que luego en privado quieren y anhelan una relación romántica convencional. Mujeres que mantienen una relación acunada en el amor romántico y no lo quieren reconocer por si se les tacha de no ser lo que consideramos “feminista”. Lo que nos venden contra sus propios deseos. Por lo que la pregunta es clara: ¿se puede ser feminista y querer y vivir un amor romántico o más convencional?
Sí, por supuesto que sí. Vivir en conflicto interior no es la mejor receta para lograr el equilibrio emocional, no nos podemos obligar a ser y vivir como alguien que no somos. Al igual que el feminismo, y esto es un hecho indiscutible, se puede apoyar y defender de muy diversas maneras; se puede ser feminista y amar de muy diversas maneras. Tan diversas como relaciones y personas hay en el mundo. Pues ni siquiera la misma persona establece un mismo tipo de relación todo el rato, si no que varía dependiendo de con quién esté.
Las contradicciones que las mujeres más reivindicativas están viviendo en el amor por seguir los ideales de otras, puede que más que hacerles crecer, les esté machacando. Recordad que el objetivo no es decidir quién es mejor feminista, el objetivo es conseguir los mismos derechos y deberes que un hombre, el objetivo es apoyarnos las unas a las otras para crecer, no tirarnos piedras por pensar de manera diferente.
Amad a quién queráis y de la forma que queráis, este es el grado de felicidad ideal, estar a gusto con quien eres y disfrutar compartiéndote con tu pareja. Dejemos claro de una vez por todas que el movimiento feminista nació para hacer visibles a las mujeres y dotarles de la igualdad que antes carecían, no por moda.