MATERNIDAD Y NECESIDADES BÁSICAS

¿Es posible ir al baño sin tener un bebé enganchado al cuerpo?

Hay situaciones que las madres sufrimos con asiduidad y que llegan a ser estresantes: como hacer pis en público.

Baño en familiaiStock

Lejos quedan los años a las tantas de la mañana haciendo pis de madrugada entre dos coches. No, hablamos ahora de cómo estar en el baño sujetando a un bebé que se mueve, que se cae y se da con la bañera o el borde del bidé, o peor, quiere ver que hay bajo tu trasero en ese agujero que tiene agua. Sí, mear (u otras cosas) con un bebé es muy difícil.

No te digo ya ducharte, las duchas calentitas quedaron atrás, ahora te duchas con la mampara abierta, en menos de un minuto y mojando todo, bebé incluido. Y da igual, ya lo limpiarás después. Lo importante es no salir corriendo a urgencias con una brecha en un ojo. Que también pasa.

Pero, este apego tan especial e intenso, ¿de dónde viene? “Debemos remontarnos al Paleolítico, periodo en el que el ser humano se dedicaba a la caza y a la recolección. Los hombres, en la mayoría de las culturas, se dedicaban a las tareas más duras dentro del poblado, y a la caza. Las mujeres, por contra, realizaban la mayoría de las tareas de mantenimiento y administración de suministros de la sociedad. Además, estaban al cuidado de los bebés, y según los grupos, de los ancianos y enfermos. También se ocupaban de la defensa del poblado de fieras u otras tribus invasoras, cuando los hombres estaban fuera", explica el psicólogo Richard Martínez.

Y añade: "Por ese motivo, la mujer representaba el sustento y la continuidad de la familia, no sólo por la crianza sino por su papel principal, relegado a dar a luz a las siguientes generaciones. Colaboraban entre sí para poder cumplir con sus cometidos, iniciándose así una subcultura social intragrupo frente a la dominante de la sociedad. Sus tareas diarias a menudo estaban cargadas de dificultades, de sobresfuerzos, sin olvidar que no disponían de días de descanso. Colaborar entre ellas era cuestión de supervivencia”, dice Martínez.

“Era importante mantener los poblados limpios, para evitar que las enfermedades hicieran estragos en la población. Este comportamiento lo vemos en la mayoría de las especies animales, que procuran conservar la higiene de sus nidos, madrigueras y colonias, manteniéndolos libres de impurezas y excrementos. Por esta razón, cuando llegaba el momento de excretar o miccionar, lo hacían fuera de las viviendas. Era arriesgado salir a solas y complicado estar acompañadas por los niños. Mientras unas se quedaban atendiendo el poblado, otras se marchaban juntas, y así generación tras generación”, añade.

Diversión | iStock

Y hasta hoy, que nuestro grupo se ha reducido al mínimo. Tú y tu bebé. Dependiendo de cómo sea, podrás bañarte o hacer pis cuando venga tu pareja, una amiga o familiar. Es posible que te asees cuando tu bebé duerma, pero si es casi imposible y coincide que apenas duerme o el bebé quiere ir siempre contigo, te damos algunos tips para intentar que no pase nada en el baño.

-Pon juguetes en el suelo, cuantos más mejor.

-Intenta que el niño te vea en todo momento, puedes a lo mejor dejarle en el pasillo o en la puerta del baño, mientras estás haciendo pis o quieres ducharte.

-Si necesita todo el rato tocarte, engancharte, estar super cerca, será mejor que esperes a que alguien venga a tu casa, o hacerlo justo cuando duerme.

-La música puede ser un activo grande para mantener al bebé entretenido, al menos unos segundos de oro.

-Dejar el armario abierto o un cajón es un arma de doble filo. O flipará, o despertarás más sus ganas de descubrir, así que prepárate.

-Dejarle productos cerrados, que no pueda abrir, de colores, cosas diferentes, te puede servir durante un ratito.

-Las mini bañeras no son muy útiles si el niño se mueve mucho, porque se saldrá, y tal vez se caiga, así que cuidado. Pero si se mantiene y se entretiene, estar en un espacio seguro será perfecto.

-Si todo resulta imposible, y el bebé sigue queriendo estar contigo, las mochilas porta bebés te serán más que útiles hasta en casa, al menos te dejarán las manos libres para subirte las bragas tranquila.

-Y si nada funciona… cubre el bidé, el váter, con toallas, el albornoz, para que al menos si se da un golpe, éste sea suave y mínimamente grave.

Ánimo, y paciencia, que esta época también pasa. Y el día que puedas ducharte con la mampara cerrada, la puerta cerrada, y en silencio… ese día, sonará hasta música.