ENTREVISTA

Playa o piscina: ¿Qué es mejor para nuestra piel?

Hablamos con la dermatóloga Patricia Contreras Ferrer para entender cómo afecta a la piel estos dos lugares veraniegos.

Chica tomando el sol en la playaPexels

En verano, playas y piscinas se llenan hasta arriba de personas que buscan cumplir un mismo objetivo: combatir las sofocantes temperaturas con refrescantes baños. A pesar de ello, nuestra piel sufre, ya que la exponemos por completo a diferentes agentes externos como el sol, el agua e incluso a químicos como el cloro.

Así pues, es muy importante mantenerla protegida, pues de lo contrario, podemos ser más propensos a sufrir importantes patologías. De todas formas y aunque debemos ejercer siempre un buen cuidado, hablar de playa y piscina no es lo mismo. Aunque sean lugares aparentemente similares, sus efectos son diferentes.

Para entender el impacto que tiene sobre nuestra piel, hemos hablado con la doctora Patricia Contreras (en Instagram @derma.patricia.contreras).

¿Qué es mejor para nuestra piel, la playa o la piscina?

Sin duda, la playa. La composición del agua de mar puede resultar muy beneficiosa para nuestra piel. Contiene sales minerales, oligoelementos y minerales que tienen propiedades reparadoras, ayudando a mejorar la cicatrización de pequeñas rozaduras o heridas.

Además, el efecto exfoliante nos ayuda a mantener una piel más lisa y uniforme y sus propiedades antisépticas pueden mejorar parcialmente los brotes de acné. También cabe destacar el efecto sobre nuestra felicidad, ya que una simple escapada a la playa nos subirá el estado de ánimo y estaremos menos estresados, aspecto que puede incluso mejorar patologías como la psoriasis.

¿La sal del mar afecta a nuestra piel?

Los baños de mar pueden resultar beneficiosos para ciertas patologías de la piel, pero la mejora no se debe exclusivamente a la exposición a la sal. Se le suman otros factores como una mayor humedad ambiental de las zonas costeras, el descanso y la exposición solar, ya que las radiaciones solares controladas tienen un efecto antiinflamatorio positivo en estos problemas.

¿Qué relación existe entre el agua del mar y el acné?

El agua marina puede mejorar las lesiones por sus propiedades antisépticas y exfoliantes, aunque, por otro lado, la capacidad astringente de la sal puede aumentar la sequedad de la piel, dando lugar a una mayor producción de grasa. Esto puede ocasionar pequeños brotes, por lo que deberemos de realizar una exposición moderada para disminuir el riesgo de efecto rebote del acné en esta época del año.

¿Cómo afecta el cloro a la piel?

En el caso de la piscina, el cloro es un producto que puede ocasionar irritaciones en la piel de ciertas personas, especialmente en aquellas que padecen de piel sensible, reactiva o atópica. En ellas, ya existe una alteración de la barrera cutánea que ocasiona una mayor pérdida de agua, por lo que tienen una mayor sequedad y son más propensas a sufrir brotes de dermatitis.

Por lo general, los niños son más susceptibles. La incidencia de dermatitis atópica es más alta y suelen realizar baños más prolongados en las piscinas, por lo que el tiempo de contacto con los agentes irritantes es mayor.

¿Cómo debemos tratar la piel después de un día de playa o piscina?

Nuestra piel tiende a secarse más durante el verano debido a la exposición solar y al contacto con agentes irritantes. Tras el baño, debemos retirar el cloro y el salitre con duchas de agua dulce, utilizando geles que respeten el pH. En pieles tolerantes, se pueden llevar a cabo exfoliaciones corporales una vez por semana.

Además, es fundamental reparar la piel con cremas emolientes, para recuperar la hidratación que nuestra piel necesita. A nivel facial, podremos utilizar cremas específicas, como transformadores por la noche y antioxidantes por la mañana, que permitan combatir los efectos nocivos de las radiaciones solares.