ENTREVISTA
Entrevistamos al Dr. Jordi Rex, del Instituto Dermatológico Integral de Barcelona, para saber más sobre una enfermedad tan frecuente como desconocida: la piel atópica. El dermatólogo nos explica qué es, cómo surgen los brotes y cómo tratarlos.
La dermatitis atópica, comúnmente conocida como piel atópica, es una enfermedad de la piel cada vez más frecuente, pero de la que se conoce muy poco.
Según la Academia Española de Dermatología y Venereología, en España, la dermatitis atópica tiene una prevalencia de entre el 5 y el 20%, lo que significa que más de dos millones de españoles la padecen.
Debido al desconocimiento de esta enfermedad, muchos pacientes que sufren de piel atópica conviven con el picor y las molestias que provocan los eccemas. Lo que supone un impacto en todos los ámbitos de su vida y puede llegar a afectar a su salud mental.
Para aportar nuestro granito de arena, en NovaMás hemos entrevistado al Dr. Jordi Rex, del Instituto Dermatológico Integral de Barcelona, quien nos ha explicado con detalle cada aspecto de la dermatitis atópica que debemos conocer.
¿Qué es la dermatitis atópica?
La dermatitis atópica o piel atópica es la manifestación de un concepto más amplio que sería la atopia en la piel. No todas las pieles sensibles son atópicas, si bien las pacientes que tienen dermatitis atópica se caracterizan por tener una piel con tendencia a presentar eccemas.
La atopia es un concepto más amplio, que en la piel se manifiesta a través de dermatitis que pican y que incluye otros síntomas como son la rinitis, los estornudos a menudo en la primavera, la conjuntivitis y también la inflamación de los bronquios que da lugar a bronquitis de repetición.
Entonces, los pacientes con dermatitis atópica habitualmente tienen alguno de estos síntomas, aparte de los que afectan directamente a la piel. Y, a menudo, tienen antecedentes familiares de estos síntomas.
¿Cuál es la diferencia con la psoriasis?
Son dos enfermedades totalmente distintas. La psoriasis es una enfermedad autoinmune en la que aparecen unas placas inflamadas en la piel, a menudo con descamación. En cambio, la dermatitis atópica se manifiesta en la piel en forma de eccemas, que son unas placas menos infiltradas, en localizaciones típicas en función de la edad. Son dos enfermedades que no tienen nada que ver.
¿Qué desencadena los brotes de dermatitis atópica?
Lo que hemos visto es que los pacientes con dermatitis atópica, en general, están mejor en la época de verano, probablemente por el sol y por los baños en el mar. La mayor parte de los pacientes, durante la época de verano, están muy bien controlados.
Los brotes normalmente vienen desencadenados, sobre todo, por los cambios de estación, siendo más frecuente, sobre todo, en otoño y en invierno. Y muchas veces tienen brotes por episodios de estrés.
¿Las alergias tienen algo que ver?
Lo que hemos visto es que estos pacientes, a menudo, tienen alergia a otras cosas. Como comentaba antes, muchas veces la dermatitis atópica se asocia a la rinitis alérgica y vemos, por ejemplo, que estos pacientes son alérgicos a los ácaros del polvo o tienen alergias en la piel a otros alérgenos como níquel, el cobalto o el cromo, con más frecuencia.
Se ha visto que su respuesta inmune a los alérgenos es más intensa que las personas que no tienen esta enfermedad.
¿Por qué suele aparecer en zonas concretas?
No lo sabemos. La dermatitis atópica en los niños, a partir de una cierta edad, es muy típico ver el desarrollo de eccemas en los pliegues de los codos y detrás de las rodillas. No sabemos exactamente por qué es así, pero la verdad es que la dermatitis atópica tiene predilección por aparecer en algunas zonas de piel concretas en el cuerpo.
¿Existen fases de estos eccemas?
Sí. De eccemas podemos diferenciar tres tipos en función del tiempo de evolución: los que son agudos, subagudos o crónicos. Los agudos, en general, son lesiones húmedas y que aparecen de forma rápida. Cuando esto se alarga, aparecen los eccemas subagudos que son placas secas e irritadas. Y los eccemas crónicos se caracterizan, sobre todo, porque persisten durante mucho tiempo. En este último caso, cuando el paciente rasca con mucha intensidad, las lesiones y la piel se vuelven más gruesas, como si fuera una piel de elefante.
Lo habitual en la dermatitis atópica es encontrar eccemas subagudos o crónicos cuando el paciente hace muchos años que tiene la enfermedad. Lo típico de esta enfermedad es que pica muchísimo, el paciente no puede vivir de forma normal del picor que tiene en la piel.
¿Los eccemas crónicos cuánto tiempo pueden durar?
Depende de si el paciente se trata o no y también de la intensidad de la dermatitis atópica que tenga. Hay pacientes que están muy bien controlados y, como en todas las enfermedades, hay diferentes grados de intensidad: leves, moderadas o graves.
En los casos moderados y graves, en función de la extensión de la enfermedad, hablamos de pacientes que realmente les afecta muchísimo a su calidad de vida.
¿Cómo se pueden prevenir?
En general, lo que tenemos que tener en cuenta es que la dermatitis atópica se produce una alteración en la barrera de la piel, en la composición lipídica de las grasas que protegen de forma natural a la piel. Sabemos que estos pacientes tienen tendencia a tener la piel muy seca, muy sensible y con mucha capacidad de irritarse con facilidad.
Los consejos básicos serían:
Estos consejostambién los deberían aplicar las personas que no tienen dermatitis atópica.Si la piel es sensible, con tendencia a la sequedad, y utilizamos jabones que son demasiado abrasivos o incluso demasiada agua, eso no le va a venir bien.
¿Cómo debemos actuar en el momento en el que aparece un eccema?
En función de la gravedad de a dermatitis. Si es leve, habitualmente, utilizando una crema de cortisona o alguna de las cremas de las que disponemos hoy en día que tienen el mismo efecto antiinflamatorio sin llevar cortisona, sería una muy buena opción.
En los casos en que los eccemas sean más extensos, ocupen más superficie corporal y el paciente tenga mucho picor, vamos a utilizar corticoides tópicos u orales y antihistamínicos para el picor, aparte de las medidas generales que te comentaba.
Y en los últimos años han aparecido algunos tratamientos nuevos que en los casos de dermatitis atópicas moderadas y graves pueden ser muy útiles que son los tratamientos biológicos. Son anticuerpos monoclonales que actúan sobre algunas células del sistema inmunitario que están directamente relacionadas con la dermatitis atópica y que permiten tener al paciente controlado.
¿Cómo funcionan los tratamientos biológicos para la dermatitis atópica?
Son de administración hospitalaria y se pinchan igual que se pincha la insulina, con unas jeringas precargadas y una aguja muy fina. La frecuencia de administración dependen del medicamento: una vez a la semana o cada dos.
Este tipo de tratamientos complejos usan medicamentos muy caros que están cubiertos por la Seguridad Social. De forma privada sería muy difícil que el paciente pudiera afrontar el gasto de este tratamiento.
Una vez controlado el brote, ¿qué debe hacer el paciente?
Normalmente, los pacientes con dermatitis atópica ya les damos algunos consejos básicos de mantenimiento de la piel. Utilizar cremas hidratantes orientadas a su problema, sin perfumes ni fragancias, que estén testadas y sean hipoalergénicas.
El paciente que tiene una enfermedad de este tipo acaba probando muchas y al final acaba escogiendo la que más le gusta.
¿Cuánto tiempo puede durar una marca en la piel causada por la dermatitis atópica?
Los eccemas, con mucha frecuencia, terminan con lo que llamamos hipopigmentación, que quiere decir falta pigmentación en las zonas donde ha habido el brote. Cuando vuelves a exponer estas zonas al sol y las hidratas bien, las células que fabrican el pigmento, que son los melanocitos, se vuelven a poner en funcionamiento y estas manchas de color más clarito que han quedado se resuelven del todo.
¿Qué estilo de vida se recomienda llevar a las personas con dermatitis atópica?
Intentamos que los pacientes con dermatitis atópica lleven una vida lo más normal posible. Esto quiere decir: hacer una dieta mediterránea, poder hacer de forma habitual ejercicio físico... Probablemente, a un paciente con dermatitis atópica grave no le irá bien el cloro de la piscina, con lo cual, igual no es el mejor deporte en este caso, pero hay alternativas.
En el caso del sudor, suele actuar como irritante cuando hay lesiones activas.
También es recomendable evitar episodios de estrés, aprovechar los meses de verano para exponerse de forma prudente al sol, con protección solar, y ponerse en manos de un dermatólogo.