CRISIS DE DESABASTECIMIENTO

Pestiños, torrijas, leche frita... ¿peligran los dulces de Semana Santa?

Existe una alarma general de que se podría sufrir una gran escasez de sus ingredientes principales.

Una confitería de Sevilla reparte 3.000 torrijas al personal sanitario por su labor ante la pandemia del coronavirusiStock

Si el coronavirus ya había provocado una gran crisis de desabastecimiento general sobre todo en materias primas usadas en tecnología que han retrasado sobre manera la industria del automóvil, entre otros sectores, debido a la reciente guerra entre Rusia y Ucrania, nos enfrentamos de nuevo a una gran insuficiencia de materias primas, aunque esta vez del sector primario principalmente, sobre todo en cultivos como el maíz, el trigo o la cebada donde Ucrania era uno de los países más exportadores de estos cereales. También, este país importaba casi al rededor del 70% de aceite de girasolque se usa en España según los datos de la Asociación Nacional de Fabricantes de Conservas y Pescados.

Los cereales mencionados son básicos para elaborar harinas, ingrediente principal para elaborar los tradicionales postres de Semana Santa como las torrijas, los pestiños, el panquemao, la leche frita y un largo etcétera. Al igual que el aceite de girasol, que suele ser mejor para este tipo de recetas, que el aceite de oliva al tener menos sabor.

Este temor a un posible desabastecimiento de estos productos ha llevado a los consumidores a realizar compras compulsivas de aceite de girasol, haciendo que algunas superficies se hayan visto en la obligación de limitar la compra de botellas de este tipo de aceite, como ya ocurriera en su día con el papel higiénico cuando se desató la pandemia de Coronavirus.

No obstante, la OCU llama a la calma tanto consumidores y a supermercados. Según señala el aceite de girasol que estamos consumiendo actualmente procede de la cosecha del verano pasado, por lo que no habría que temer una escasez del producto en sí muy próxima, aunque quizá si la guerra se prolonga mucho, pueda ocurrir de cara al año próximo.

Además, la organización también recuerda a los consumidores que pasado un año desde su envasado el aceite pierde propiedades por lo que no tiene mucho sentido acumular grandes cantidades.

Con respecto al aceite no podemos olvidar que España es uno de los mayores productores de aceite de oliva, por lo que quizá una buena alternativa saludable a la falta del aceite de girasol para freír estos dulces podría ser la utilización de un aceite de oliva suave, con un sabor más ligero que el aceite de oliva tradicional o virgen extra, y que nos podría servir para la elaboración de estos postres tradicionales sin que tuvieran un gusto excesivo a aceite de oliva.

En cuanto al tema de las harinas, seguramente suba de precio irremediablemente al tener que recurrir a otros países para importar los cereales, ya que habrá menos oferta y la demanda se mantendrá igual.

Por lo tanto, más que una falta de productos en sí, lo que es más probable es que exista es una subida de precios.

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