ASÍ DEBES MEDIRTE

¿Me peso o no me peso? Cómo medir si estoy mejor físicamente

El deporte y una mejora de los hábitos alimenticios suelen traducirse en cambios de la composición corporal. ¿Cuál es la forma correcta de medirlos? ¿Cada cuánto tengo que pesarme?

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Los cambios en la alimentación y el incremento de la actividad física van asociados en demasiadas ocasiones a un objetivo meramente estético. Este es precisamente el principal motivo de fracaso: Compaginamos épocas de máxima implicación física con larguísimos periodos de inactividad, de la misma forma queuna restricción prolongada de alimentos suele derivar en atraconesy en el abandono por completo de nuestra dieta.

Buscamos vernos fantásticos en el menor tiempo posible y, si los resultados no llegan pronto y en forma de unos cuantos kilos menos, nos rendimos.

Evidentemente, marcarse un objetivo estético es un error mucho más común en personas sanas, que todavía no le han visto las orejas al lobo. Sin embargo, según avanzan los años nos volvemos más consientes de lo que supone el abandono de los buenos hábitos: mayor dificultad para movernos, menor resistencia física (nos cuesta subir escaleras o correr unos metros para coger el autobús), mayor riesgo de sufrir un infarto, de padecer diabetes, colesterol y un montón de etcéteras.

Sea cual sea el objetivo, la báscula muy pocas veces va a reflejar la verdadera evolución que nuestro cuerpo ha experimentado.

Evaluar progreso físico | Envato

¿Cómo evaluar un progreso físico?

En primer lugar, el número de kilos jamás debería ser un elemento a comparar. Como probablemente sepas, un incremento de la masa muscular puede traducirse en un aumento de peso, pese a que el volumen de nuestro cuerpo sea visualmente menor y se observe una silueta más compacta.

Por esa y por muchas otras razones, el IMC (Índice de Masa Muscular) es un concepto totalmente desactualizado, que se utiliza de manera injusta contra personas perfectamente sanas y con una composición corporal recomendable.

Algunos valores que sí hablan sobre nuestro cuerpo son la masa muscular, la masa libre de grasa y la grasa visceral (la que se localiza cerca de los órganos vitales).

En cualquier caso, ninguna de esas formas de medición puede competir con una mejora irrebatible: la reducción de los riesgos para la salud.

Báscula | Envato

¿Cada cuanto debería pesarme?

Si tu báscula dispone de los métodos de medición adecuados de la composición corporal, puede tener sentido pesarse de vez en cuando. Lo que no tiene ninguna validez es hacerlo una vez al día.

Tengamos en cuenta que a lo largo de una misma jornada nuestro cuerpo experimenta fluctuaciones. Que mañana peses 200 gramos más que hoy y el porcentaje de grasa sea algo mayor no significa que ese día hayas hecho algo mal.

Es necesario valorar las proporciones con perspectiva suficiente. Siete días es lo mínimo para poder hacer una valoración razonable, y ni siquiera entonces debemos precipitarnos, y mucho menos castigarnos.

Cinta métrica | Envato

¿Cuál es la forma ideal de medirnos?

Una transformación de nuestros hábitos, sobre todo a nivel deportivo, nos ofrecen mejoras evidentes y fácilmente comparables.

La tensión corporal, el azúcar en sangre, el consumo máximo de oxígeno y la densidad ósea, entre otras, son medibles a nivel clínico.

Los ejercicios de fuerza, no solo contribuyen a un mayor gasto calórico, sino que además previene la osteoporosis (aumenta la densidad mineral osea).

Cualquier tipo de actividad física saludable incrementa nuestra capacidad pulmonar y, de esta forma, evita que nos cansemos rápidamente o tengamos sensación de ahogo con el mínimo esfuerzo.

El control de la tensión, de la diabetes y un corazón más resistente reducen de una forma evidente el riesgo de muerte prematura. Pero incluso en nuestro día a día somo capaces de comprobar una mayor agilidad y una mejora de la inmunidad, que nos hace incluso menos propensos a padecer gripes y resfriados.

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