SEGURIDAD ALIMENTARIA
Creemos que el debate está en "con cebolla" o "sin cebolla", pero hay un debate interno en el que nos jugamos más en cuanto a tortillas: ¿Huevo crudo o bien cuajado? Como todo en seguridad alimentaria es un grandísimo "depende".
Si preguntas por ahí por la clásica tortilla de patatas, todo te enlaza a Betanzos donde ni lleva cebolla ni el huevo está cuajado. De hecho, incluye huevos casi crudos. Evidentemente, este tema genera controversia en términos de seguridad alimentaria y beneficios para la salud.
Sí, los huevos son una excelente fuente de proteínas de alta calidad, vitaminas y minerales esenciales, lo que los convierte en un alimento nutritivo y versátil. Sin embargo, cuando se consumen crudos o poco cocidos, los huevos pueden representar un riesgo para la salud debido a la posibilidad de contaminación bacteriana, especialmente por Salmonella.
La Salmonella es una bacteria patógena que puede encontrarse en la cáscara de los huevos y también en su interior, si la gallina que los pone está infectada, aunque en los huevos que compramos esto es extremadamente raro porque las gallinas están vacunadas.
Cuando los huevos están crudos o poco cocidos, las bacterias pueden sobrevivir y multiplicarse, lo que aumenta el riesgo de intoxicación alimentaria si se consumen.
Los síntomas de la toxiinfección por Salmonella incluyen náuseas, vómitos, diarrea, fiebre y malestar general, y en casos graves puede requerir atención médica. Como en otros casos, los grupos de riesgo son mucho más sensibles a estas intoxicaciones.
Para muchas personas sí. Para muchos, las tortillas con huevos casi crudos aportan una experiencia culinaria única y satisfactoria que puede ser difícil de replicar de otra manera. La yema de huevo casi cruda puede agregar cremosidad y riqueza al plato, mientras que la clara ligeramente cocida puede proporcionar una textura suave y delicada.
Además del aspecto sensorial, también existen consideraciones culturales y tradicionales que influyen en la elección de consumir huevos casi crudos en las tortillas.
En algunas culturas, este estilo de preparación es una práctica común y forma parte integral de la gastronomía local. Hemos hablado de Betanzos, pero internacionalmente también lo podemos encontrar. Por ejemplo, en Japón, el consumo de huevos crudos en platos como el sushi es una tradición arraigada que se remonta siglos atrás.
En otras partes del mundo, como en América Latina, las tortillas con huevos casi crudos son una parte importante de la dieta diaria y se consideran un plato reconfortante y nutritivo.
Una manera de reducir el riesgo de intoxicación alimentaria es asegurarse de utilizar huevos frescos, comprarlos de fuentes confiables y verificar la fecha de consumo preferente.
Piensa en si la tortilla se va a comer en el momento o no, si la repuesta es “"o", quizá no sea buena idea dejarlo casi crudo. Del mismo modo, si prevés que va a sobrar, mejor tenla en el fuego un poco más.
Otra opción a considerar es el uso de huevos pasteurizados en lugar de huevos crudos en la preparación de las tortillas. Los huevos pasteurizados han sido tratados térmicamente para eliminar las bacterias patógenas sin afectar significativamente su sabor o textura.
Esto es lo que ocurre en muchos bares y restaurantes, sí pueden utilizar huevos frescos, pero es mucho más seguro para ellos utilizar huevina. Desde hace unos años está disponible también en el supermercado.
Si pensamos únicamente en si es beneficioso para la salud la respuesta es clara: no hay ninguna razón nutricional o de salud para comer el huevo crudo ni en tortilla ni de otra forma siendo el huevo un alimento nutricionalmente estupendo en cada una de las formas en las que se cocine.
Si quieres hacerlo por la experiencia sensorial, estupendo, pero con las mínimas garantías que eviten una intoxicación alimentaria. Este es uno de los ejemplos más claros de los "depende" en seguridad alimentaria. Como todo en la vida, comer es un balance riesgo beneficio después de una toma de decisiones basada en el conocimiento.