CONSEJOS ÚTILES
El uso excesivo de dispositivos electrónicos puede tener efectos negativos en el desarrollo y el bienestar de nuestros niños. Detallamos en este artículo los daños directos y alternativas para fomentar las actividades en el exterior.
Algunos de los daños directos que pueden surgir nuestros hijos por pasar demasiado tiempo en pantallas son los siguientes:
Pasar largos periodos de tiempo frente a una pantalla puede contribuir a un estilo de vida sedentario, lo que aumenta el riesgo de obesidad y enfermedades relacionadas. Además, la mala postura al usar dispositivos electrónicos puede provocar problemas musculares, dolores de espalda, y problemas de visión.
La exposición a la luz azul emitida por las pantallas puede alterar los ritmos circadianos y afectar negativamente la calidad del sueño. El uso de dispositivos electrónicos antes de acostarse puede dificultar conciliar el sueño, y llevar a trastornos importantes de sueño, como lo puede ser el insomnio.
El tiempo excesivo dedicado a las pantallas puede afectar el desarrollo cognitivo y del lenguaje en los niños. Pasar demasiado tiempo en pantallas puede limitar las interacciones sociales, el juego imaginativo y el desarrollo de habilidades para la comunicación.
El uso excesivo de dispositivos electrónicos puede interferir con el desarrollo de habilidades sociales y emocionales. Los niños que pasan mucho tiempo en pantallas pueden experimentar dificultades para interactuar cara a cara, comprender las emociones de los demás y desarrollar empatía.
El uso excesivo de dispositivos electrónicos puede afectar negativamente el rendimiento académico. El tiempo que pasan nuestros niños en pantallas puede interferir con el tiempo dedicado a las tareas escolares, el estudio y la concentración en el aula.
Por eso, es muy importante establecer límites saludables en el uso de dispositivos electrónicos y promover un equilibrio entre el tiempo en pantalla y otras actividades como el juego al aire libre.
Algunas estrategias que podemos poner en práctica para ayudar y motivar a nuestros hijos para que frecuenten más el juego al aire libre son:
Como padres, podemos participar activamente en actividades al aire libre y mostrar entusiasmo por ellas. De esta forma los niños verán cómo es disfrutar de actividades al aire libre, y por lo tanto se sentirán más motivados a unirse y ser parte de ello.
Haz que tu jardín o espacio exterior sea atractivo y acogedor para jugar. Puedes añadir columpios o alguna canasta de baloncesto, una casita de juegos o cualquier otro elemento que pueda despertar su interés y creatividad.
Planea salidas en familia a parques, senderos naturales, playas u otros lugares al aire libre. Esto no solo brinda una oportunidad para que los niños se diviertan, sino que también refuerza los lazos familiares y crea recuerdos positivos.
Establece límites claros en cuanto al tiempo que tu hijo puede pasar en dispositivos electrónicos. Establece un equilibrio saludable entre el tiempo en pantalla y el tiempo al aire libre es fundamental.
Anima a tu hijo a invitar a sus amigos a jugar al aire libre. La compañía de amigos puede hacer que la experiencia sea más divertida y motivadora.
Ayuda a tu hijo a apreciar la belleza de la naturaleza. Explícale sobre las plantas, los animales y los ecosistemas locales. Organiza paseos por la naturaleza o acampadas para que pueda experimentar directamente el entorno natural.