PANDEMIA
Nos hemos familiarizado con una terminología que a principios de este año, ni nos sonaba. Pero que usemos el término no equivale a que sepamos para qué sirve exactamente cada cosa.
Basta poner el oído para oír hablar de si tal o cual dio positivo y de si te hicieron tal o cual prueba, llámese pcr o antígenos. Quién más, quién menos, ha sido sometido a alguna de estas pruebas en este año distópico. Pero no todos sabemos para qué está indicada cada una de ellas y cuál es la más conveniente en cada momento. Son numerosos los científicos que han alzado la voz, por ejemplo, por el cribado de población en general con test de antígenos que, si bien es muy fiable en los primeros días de la infección por coronavirus, no sucede lo mismo pasada esa franja inicial.
Así las cosas, vamos a aclararte para qué es cada cosa y cuándo es más adecuada.
Cada prueba (con sus limitaciones) resultan útiles en entornos determinados y para minimizar errores (que pueden ser de toma de muestras o transportes o simplemente, por aplicar una prueba que no es la conveniente en un momento determinado) hay que conocer muy bien cuál es la situación donde se pueden aplicar.
- Test de serología: es la analítica de sangre, para que nos entendamos. La prueba serológica detecta anticuerpos (IgM, que indica infección resolviéndose e IgG, que indica infección pasada). Los anticuerpos IgM aparecen a la semana, aproximadamente, del inicio de la infección y se detecta mayor positividad a los 15 días.
Los anticuerpos IgG aparecen aproximadamente a los 15 días del inicio de la infección y dan inmunidad, pero no se sabe por cuánto tiempo. En definitiva, para infecciones pasadas está muy bien pero no se pueden usar para detectar infecciones activas, es decir, si en ese mismo momento estás teniendo síntomas de la enfermedad. Para ello lo idóneo son las pruebas que detectan la infección activa y ahí la reina, es la PCR.
- PCR: esta prueba (que comúnmente se conoce en la calle por la de los palos en la nariz y que a muchos les parece aterradora), detecta el genoma viral. Tiene limitaciones, como que no puedes tener el resultado en el acto, el coste y además, que se requiere de un equipamiento de laboratorio para analizar las muestras. También puede dar falsos negativos y falsos positivos: en personas con baja probabilidad de estar infectadas, por ejemplo, aumenta la probabilidad de dar falsos positivos.
- Dentro de las pruebas que detectan la infección activa, surgieron las pruebas de antígenos, que son mucho más baratas y rápidas que la PCR: a los pocos minutos, puedes irte con un resultado. Esta prueba detecta la presencia de proteínas virales de SARS-CoV-2. Entre sus ventajas tiene el resultado rápido, que no es necesario realizarla en un laboratorio y que es menos agresiva para el paciente (solo se utiliza una fosa nasal en lugar de dos y de la garganta como con la PCR). Entre sus mayores desventajas está su sensibilidad, que es menor que la de la PCR especialmente en poblaciones asintomáticas. Es decir, que si sospechas que estás infectado pero la prueba de antígeno te ha dado negativo, necesitarás confirmación con una PCR. La OMS ha recomendado que el test de antígenos se haga cuando no se pueda realizar PCR o si se necesita un resultado rápido, pero señalando que debe realizarse dentro de los cinco días desde el comienzo de los síntomas. En resumen: el test no se aconseja para detectar personas infectadas entre los casos asintomáticos.
En todo caso, explicadas las pruebas, vamos a recordarte algunas cosas:
- Si tienes síntomas o eres contacto estrecho de caso de Covid-19, debes permanecer aislado aunque los resultados de las pruebas hayan dado negativo.
- Un resultado negativo en cualquiera de estas pruebas no quiere decir que debas olvidarte la mascarilla en casa o que ya no mantengas la distancia de seguridad.
- Y ojo: una prueba serológica que demuestre que tienes anticuerpos no significa que puedas ir chupando barandillas porque, no lo olvidemos, puedes volverte a contagiar.